Stoner hace sombra a Rossi

Valentino Rossi se ha subido a la Desmosedici por vez primera hoy en Valencia. Él y los trece miembros del equipo Yamaha a los que ha arrastrado consigo hasta Ducati se han metido hoy en un box extraño hasta ahora, junto a la tripulación de Nicky Hayden, dispuestos a iniciar los trabajos de desarrollo de la moto con la que correrá en 2011 y con la que aspira a conseguir lo nunca visto: que un mismo piloto sea capaz de ganar el mundial con tres fábricas diferentes. Dio el salto de Honda a Yamaha. Y ahora lo da de Yamaha a Ducati. El reto es mayúsculo. Y el camino para conseguirlo se recorrerá paso a paso, sin prisa, pero sin pausa. No era el protagonista del día, pero Casey Stoner, sorprendentemente veloz sobre la Honda de Dani Pedrosa, le robó algo de protagonismo al italiano.

Rossi, al que su todavía equipo le ha permitido probar su futura moto, pero que no pudo vestir de rojo por razones contractuales, se enfundó en un mono negro y amarillo y montó una moto también negra, con su inseparable 46. Salió a pista unos minutos antes de las 12.30. "La lluvia nos ha obligado a retrasar su debut unas horas más, después de tantos meses de espera, después de tantos años incluso", decía Filippo Preziosi, director general de Ducati, ya por la tarde.

Conscientemente o no, el italiano -que no pudo explicar sus impresiones sobre su nueva moto pues Yamaha tampoco se lo permitió-, completó 46 vueltas al trazado valenciano. No es un dato relevante. Sí lo es, quizá, que solo cuatro pilotos dieran más vueltas que él, volcado en aprovechar el máximo tiempo posible sobre la Ducati estos dos días en Valencia antes de operarse de la lesión en su hombro izquierdo.

Tras esas 46 vueltas, el nueve veces campeón del mundo se quedó ahí, en tierra de nadie, el octavo clasificado en la tabla de tiempos, a más de 1,8 segundos del más rápido: Jorge Lorenzo, encantado con las escasas modificaciones en su Yamaha -sobre todo con las nuevas suspensiones Öhlins-, que ya luce el uno que lo señala como el nuevo campeón del mundo. Pero lo importante para Rossi en este primer test no era rodar rápido, sino rodar, probar y explicar sus sensaciones sobre una moto tan distinta a la japonesa.

Rossi rodó, fundamentalmente, con el prototipo de 2011 con el motor screamer, el tipo de motor característico de la Desmosedici de los últimos años, muy explosivo aunque, inicialmente, más difícil de pilotar, solo apto para las manos de Casey Stoner. También dio unas vueltas con otro prototipo para 2011, con el motor big bang, con una entrega de potencia más suave, el que se ha utilizado este año, y que analizará mejor mañana. Será la gran decisión que deba tomar Preziosi de cara a la elaboración de la futura Ducati.

La noticia del día llegó, sin embargo, desde otro taller camuflado, con sus mecánicos vestidos de negro, y una moto blanca y muy patriótica. Los colores de la bandera australiana descubrían a Casey Stoner a lomos de una Honda oficial. También por vez primera. Y voló. Como siempre hace. Terminó en segundo lugar, a poco más de siete décimas de Lorenzo. Marcó mejores tiempos que sus futuros compañeros de equipo, Dani Pedrosa (cuarto) y Andrea Dovizioso (quinto). Y se mostró encantado con su nueva moto: "El motor es excepcional, la entrega de potencia es suave, y las sensaciones sobre la moto han sido fantásticas. Todo ha funcionado como esperaba. Ha sido un momento muy excitante", declaró.

Lorenzo, por su parte, inició una etapa tan novedosa como emocionante: de él y no de cualquier otro piloto dependerá el desarrollo de la futura M1. No ha empezado mal: logró rodar con un chasis y un motor nuevo, algunas modificaciones y también nuevas suspensiones bastante mejor que en la carrera de este pasado fin de semana en Cheste. Y eso que el circuito no le gusta en absoluto.