La Real despierta muy tarde
El Levante, todo corazón, arrincona al conjunto donostiarra que solo apareció al final
Siempre al límite de sus fuerzas, el Levante necesitó dos lesionados y dos goles con los mismos protagonistas (Del Horno y Caicedo) para ganar su primer partido en casa. A costa de una Real un tanto meliflua, solamente enrabieta al final, con la desventaja de dos goles y la entrada de Zurutuza y Sarpong, que le dieron otro aire. Un poco más asociativa y ambiciosa en ese tramo final para rozar un empate inmerecido. Mucho más generoso el Levante, impulsado por la firme dirección de Sergio y la tenaz verticalidad de Juanlu y Rubén. Desde su debú ante el Sevilla hasta hoy, el equipo de Luis García ha dado un paso gigantesco. El Ciutat de València lo celebró con entusiasmo.
Cuando uno suma tantos partidos en Primera, y él es el jugador en activo que más lleva, no puede ser producto del azar, sino de una sabiduría ancestral. La que exhibió Sergio en una primera media hora admirable en la distribución del juego, sin fallar ni un solo pase hasta el minuto 41. Gobernó el encuentro y empujó al Levante a las puertas del gol. Dos remates al palo, el segundo un tirazo del propio Sergio desde el borde del área.
LEVANTE 2 - REAL SOCIEDAD 1
Levante: Reina; Venta, Ballesteros, Nano, Del Horno (Cerra, m. 66); Xisco Muñoz (Xisco Nadal, m. 50), X. Torres, Sergio, Juanlu; Rubén y Caicedo (Jordà, m. 68). No utilizados: Munúa; Robusté, Larrea y Stuani.
Real Sociedad:Bravo; C. Martínez, Mikel, Ansotegi, De la Bella; Xabi Prieto, Diego Rivas, Aramburu (Viguera, m. 85), Griezmann (Sarpong, m. 65); Tamudo (Zurutuza, m. 65) y Llorente. No utilizados: Zubirakai; Elustondo, Markel y Labaka.
Goles: 1-0. M. 60. Del Horno. 2-0. M. 64. Caicedo. 2-1. M. 78. Sarpong.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Nano, Ansotegi, Griezmann y Juanlu.
11.211 personas en el Ciutat de Valencia.
La aportación de los dos delanteros, Llorente y Tamudo, paso inadvertida
La entrada de Zurutuza y Sarpong le permitió a la Real entrar en el partido
La Real insistió para salir por la banda derecha, ahí donde se dirigían los envíos suaves y largos de Ansotegi, un central que golpea el balón como pidiéndole perdón. El cuadro de Martín Lasarte tiene querencia por esa orilla, consciente de la calidad de Carlos Martínez y Xabi Prieto. Pero a ambos les faltó ayer presencia y la aportación de los dos delanteros ?Tamudo y Llorente? pasó totalmente inadvertida.
El Levante se dejó de zarandajas en la estrategia de los córners a favor y quiso marcar como en el colegio: hasta cuatro atacantes dentro del área pequeña y el centro enroscado desde una esquina o desde la otra. Una amenaza constante bien resuelta por la serenidad de Bravo hasta que Rubén introdujo un matiz: centró al segundo palo. Y cabeceó Del Horno a rematar como en sus mejores tiempos en San Mamés. Con furia.
Pero como siempre desde que abandonó la catedral, un goteo de infortunio ha ido persiguiendo su carrera. Y se lesionó un minuto después tras un simple despeje. Aguantó cojo para ver la jugada de la tarde: Juanlu rebañó un balón en el centro del campo y envió en profundidad a Caicedo. El delantero ecuatoriano mostró su potencia al ganar en la carrera a los centrales y su habilidad al torcer la bota izquierda para colocar el balón suave junto al palo.
Martín Lasarte buscó un remedio de urgencia con Sarpong y Zurutuza. Y la Real empezó a combinar, entró más en juego Xabi Prieto y Sarpong cabeceó a gol un centro del fino interior derecho. Exhausto el Levante, a la Real le faltó pegada para empatar. Cuando puso las pilas al despertador ya había amancedio y ya llegaba tarde a un partido al que accedió con demasiada sangre frío, desorientada, dormida. Todo lo contrario que su rival que si en algo pudo distinguirse fue en su ímpetu, en su fe. Al conjunto granota le sobra corazón. A la Real le sobró sueño, modorra, desconcierto, desorientación.
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