Ferguson lanza a los 'sin techo'
El técnico domestica a Nani y cita a Bebe, que hace cinco meses jugaba en la calle
Los chicos de duro pasado nunca asustaron a Alex Ferguson, complacido de canalizar la rebeldía de los muchachos dentro del terreno de juego. Nani, el jugador más en forma del Manchester United junto a Berbatov, es el enésimo ejemplo de una camada formada por Cantona, Cristiano Ronaldo o Rooney, sin olvidar al último en entrar ayer en la convocatoria, el delantero Bebe, participante hace cinco meses en un torneo de fútbol callejero, en Bosnia, que atrajo la mirada del Estrela Amadora, de la Segunda División portuguesa. Tres meses después ya estaba en el Guimarães, en Primera, en el que solo hizo la pretemporada antes de fichar este verano por el Manchester, que pagó por él unos 10 millones de euros.
Tiago Correia, Bebe, tenía 10 años cuando sus padres le abandonaron en Casa do Gaiato, una institución de caridad para niños de Lisboa. Allí vivió hasta que el citado torneo para los sin techo cambió su vida. Natural de Cabo Verde, ex colonia lusa, Bebe, de 20 años, se sentará hoy en el banquillo de Mestalla.
Desde él verá cómo corre la banda el extremo Luis Carlos Almeida da Cunha, Nani, de 23, originario también de Cabo Verde, desde donde sus padres, María y Domingos, emigraron a Lisboa en los noventa. Al igual que Bebe, Nani también fue abandonado por sus progenitores. Cuando tenía cinco años, su padre se marchó de vacaciones a Cabo Verde y ya no regresó. A los 12, su madre se fue a Holanda.
Nani se crió con su tía Antonia en el conflictivo barrio de Amadora. "Nació rodeado de sufrimiento y dureza, pero esa lucha por la supervivencia le han hecho el jugador que es hoy", explicó Antonia cuando Nani fichó en 2007 por el Manchester, que abonó 17 millones al Sporting de Lisboa. "Se pasaba jugando siete horas al día, en cualquier lugar y con quien fuera, fingiendo que era su héroe, Figo", contó Antonia.
El pequeño Nani caminaba tres kilómetros hasta el campo de entrenamiento, en el Real Sport Clube Massana, porque no podía permitirse pagar el tren. Años después, la tía Antonia le reunió con su padre en Cabo Verde y la madre regresó a Lisboa. En el Sporting coincidió brevemente con Cristiano antes de volver a verse las caras en el United. En la selección, Simão y este le mantuvieron un tiempo a la sombra. Pero Portugal notó su ausencia en el pasado Mundial de Sudáfrica: se había roto un hombro practicando una chilena en el final de un entrenamiento dirigido por el entonces seleccionador, Carlos Queiroz. Nani siempre tuvo mucho de gimnasta, de ahí que celebre los goles con una voltereta ensayada en la práctica de la capoeira, la danza afrobrasileña.
Su compañero de juegos infantiles en Amadora es uno de sus rivales con el Valencia, el medio Manuel Fernandes, que vaticinó: "Nani tendrá el mismo impacto en el United que Cristiano".
A Ferguson, sin embargo, le ha costado que madurase más de lo previsto desde que llegara a Old Trafford hace tres años. El Manchester le fichó en previsión de que el Madrid contratara a Cristiano. Pero, más allá de algunos destellos, Nani tardó tanto en arrancar que Ferguson pidió otro extremo: el ecuatoriano Valencia.
Lesionado este y tocado Giggs, Nani ha asumido el protagonismo que le pedía el entrenador, como en el gol que marcó el domingo al Bolton (2-2): un disparo cruzado desde la frontal después de una carrera zigzagueante, sorteando una maraña de defensas. Una jugada muy ajustada a sus características por su facilidad para el regate y el disparo con las dos piernas. A pesar de que su media en el United es de solo tres goles por temporada. Una asignatura pendiente para el penúltimo rebelde domesticado por Ferguson.
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