El Barça caricaturiza al Madrid
El equipo azulgrana avasalla a un rival fuera de foco, muy débil en el juego y en su actitud (89-55)
La paliza que el Barcelona le ha propinado al Real Madrid, la manera en que quedó caricaturizado el equipo de Ettore Messina en uno de los clásicos más desequilibrados de los últimos tiempos, podría conllevar graves consecuencias. Ha sido la semifinal, apenas el primer contacto con la competición en la incipiente temporada, en un torneo ciertamente secundario como es la Supercopa. Una victoria o una derrota debía ser poco más que un mero avatar. Pero el tremendo repaso que le ha propinado el Barcelona y la penosa imagen que ha brindado el Madrid propician conclusiones mucho más serias y peliagudas de las previsibles.
Fue una caricatura el Madrid. Por momentos, Messina tuvo que hacer acopio de toda su flema y debió anotar en rojo lo muchísimo que dista su equipo de lo que pretende; empezando por él mismo, incapaz de convencer a sus jugadores para que al menos mantuvieran unos mínimos decorosos. El técnico italiano empezó muy exigente y duro. Envió al banco a su nuevo jugador estadounidense D'Or Fischer por un quítame allá esas pajas, y a Tucker más de lo mismo, y a Prigioni. Pero no solo no le sirvió para enderezar el rumbo sino que acabó de hundir sin remedio a su equipo. Hasta por 40 puntos llegó a ir perdiendo el Madrid, 74-34, después de un asombroso parcial de 21-0 a poco para el final del tercer cuarto. El partido funcionó en una sola dirección desde el principio hasta el final, la que quiso el Barcelona, mucho más hecho, mucho más trabajado, muy acertado.
Regal Barcelona 89 - Real Madrid 55
Regal Barcelona (26+19+31+13): Sada (7), Navarro (6), Mickeal (13), N'Dong (1), Morris (16)-cinco inicial-, Vázquez (9), Lakovic (8), Rubio (13), Roger (6), Lorbek (7), Perovic (2), Basile (1).
Real Madrid (15+14+8+18): Prigioni, Llull (4), Velickovic (4), Reyes (6), Tomic (4)-cinco inicial- Tucker (15), Sergio R. (6), Fischer (10), Suárez (3), Mirotic.
Árbitros: Hierrezuelo, Conde, Peruga. Eliminado N'Dong (m. 38).
Segunda semifinal de la Supercopa disputada en el Buesa Arena de Vitoria ante 9.500 espectadores. El Regal Barcelona jugará la final ante el Power Electronics Valencia.
El flamante Madrid con cinco fichajes de lujo y la reluciente cancha del Buesa Arena de Vitoria con la nueva línea de tres, la nueva zona trapezoidal y toda la parafernalia fueron pasto de la conocida propulsión a chorro que ha distinguido al Barcelona en las dos últimas temporadas. El clásico se descafeinó en lo que duró poco más de un cuarto. Bastó para concluir que el Madrid está manga por hombro, que Messina continúa lejos de encajar las piezas. Un pecado mortal ante la voracidad del Barça, una de las características que le distinguen especialmente desde que en su banquillo está Xavi Pascual.
El Barça, por lo demás, no se dio por enterado de que la línea de triples se ha alejado medio metro. Mucho más puesto en materia, sea porque está mucho más cocinado, sea porque ha trabajado mucho más de firme en la pretemporada, dejó tirado al Madrid en un santiamén. Navarro entró con la decisión que le caracteriza en el partido y anotó el primer triple que intentó. No se cortó un pelo. Intentó otro. Lo falló. Mickeal lo imitó con acierto. El Barça provocó constantes desajustes en la defensa madridista. Messina propuso un equipo con Velickovic actuando de tres, pero no logró hacer mella en la defensa del Barcelona, tan intimidatoria como acostumbra y que muy pronto sumó tapones fuera sobre Tomic, sobre Sergio Rodríguez o sobre Llull. El Madrid rozó la ceguera total. En el primer cuarto ya acumuló 18 puntos de desventaja, 21 en el segundo, los 40 en el tercero.
Ningún quinteto le funcionó al Madrid. Sus nuevas incorporaciones decepcionaron en la misma medida que sus jugadores más veteranos, caso de Prigioni o Garbajosa, tampoco acertaron a mantener la línea y dar una mínima réplica. Los números hablan por sí solos. El Madrid solo anotó 13 canastas de dos puntos con un porcentaje lamentable del 36% y capturó 15 rebotes menos. Y además encajó 13 triples. Un desastre.
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