"Muchos decían que no podría ganar aquí..."
Toni Nadal, tío y entrenador del 'número uno' del tenis mundial, analiza el éxito de su sobrino
Rodeado de una nube de cámaras, reporteros y micrófonos, Toni Nadal se defiende en inglés, mallorquín, francés y español. Mientras brilla el pin que lleva cosido a la solapa, doble bandera con los colores de España y los Estados Unidos, podría hacerlo también en alemán, pero no se da el caso. Sus reflexiones pasan con facilidad de la alegría a la autoexigencia. Del presente brillante al futuro incierto. La conexión siempre es la misma: se ha trabajado bien y ahora hay que seguir trabajando.
"Esta victoria", razona el tío y entrenador del número uno, "es un sueño. "Muchos antiguos tenistas dijeron que Rafael no podría ganar aquí, que su juego era demasiado físico, que el top spin de sus golpes no valía en pista rápida", prosigue. "Rafael, sin embargo, ha mejorado cada año. Hoy ha jugado contra uno de los mejores, un especialista, un jugador que, hasta la fecha, es mejor en esta superficie y que le había ganado las tres últimas veces... es un placer para mí que haya mejorado así".
Cuando Toni Nadal llega a Nueva York, ausente de los torneos de Toronto y Cincinnati, se encuentra una cosa que no le gusta absolutamente nada: la cara de su sobrino. Considera el técnico que su pupilo es un hombre afortunado. Que jamás podrían haber soñado con tantos éxitos. Y que esa cara larga, esos gestos mohínos, ligeras protestas, con los que responde a sus fallos en la primera ronda, contra el ruso Gabashvili, no se corresponden con la situación.
"La cara era mala", recuerda. "Por eso, lo que más valoro es el cambio de actitud, el trabajo, que mejorara cada día desde que estamos aquí", continúa. "Es la primera vez que hemos sacado bien 15 días seguidos. Quizás porque no funcionaba el revés y buscó la solución en otro golpe".
Bajo el cielo oscuro de la noche neoyorquina, tímidas algunas estrellas, Toni Nadal es un hombre satisfecho pero no saciado. "Si pierdes la humildad es fácil irte para abajo", recuerda cuando ya se ha marchado su sobrino con la Copa, radiante y sonriente, un torbellino rodeado de actividad y de seres queridos. "Hay ejemplos", continúa el técnico, antes de que el serbio Novak Djokovic, el rival derrotado, pase saludando periodistas y se funda con él en un abrazo.
¿Qué viene ahora?, le preguntan a Toni. Toca disfrutar, ¿verdad? "En 15 días", contesta, "Rafael se va a jugar a Asia. Ahí, empiezan los problemas de nuevo". ¿Y el futuro? "Debe mejorar el segundo saque y la volea", cierra. Nadal es campeón del Abierto de Estados Unidos. Nadal ya tiene nueve grandes. Y Nadal ya es el más joven en ganar los cuatro en la Era Abierta. Da igual: más pronto que tarde volverá a la pista de entrenamiento pensando en volver a ganar y en cómo poder hacerlo.
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