El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, resultó el jugador determinante en el duelo contra el Bayern Múnich en el amistoso en homenaje Franz Beckenbauer, que se saldó a favor de los madridistas en la ronda de penaltis (2-4).
Casillas paró dos penas máximas de la tanda a Hamit Altintop y a Edson Braafheid, pero ya desde el primer tiempo ofreció un recital. El guardameta ya dejó intuir una noche memorable cuando a los siete minutos el Bayern abortó la primera gran ocasión del Bayern tras un penalti de Sergio Ramos a Frank Ribéry. El guardameta madrileño paró por partida doble, primero el tiro desde los 11 metros de Badstuber, y luego su intento de remate tras el rechace.
El encuentro se caracterizó por la presión bávara ante la portería madridista. Siguió Casillas parando a Ribéry, en el minuto 14, mientras poco después Marcelo dio el primer disgusto serio a los bávaros, con un disparo a puerta desde 30 metros.
Pranjic lo intentó desde fuera del aérea, pero de nuevo se encontró con el guardameta madridista. Luego a Klose se le fue fuera uno de sus cabezazos. El Bayern no daba tregua; y el portero, tampoco. Primero con otro paradón a Ribéry, que se zafó de Carvalho y lanzó a puerta, luego interceptando un remate de Klose a tres minutos de la pausa.
El segundo tiempo generó una profusa ronda de cambios en ambos bandos. Nada más incorporarse como capitán, Schweinsteiger se lanzó a por la portería con un potente zurdazo que se fue fuera. Kraft paró lo que hubiera sido un hermoso gol de Ronaldo, de cabeza y a cinco metros de la puerta, y reanimó un partido que había perdido fuelle.
Y así, con menos presión ya de los bávaros sobre Casillas y algo más de presencia madridista en la portería del Bayern, se llegó a la ronda de penaltis, el duelo entre porteros en el que Casillas se impuso a Kraft.
El partido estaba anunciado como la despedida tardía a Beckenbauer, 33 años después de que el Kaiser dejara el club bávaro para irse al Cosmos de Nueva York.
En algún momento le correspondía este homenaje a quien fue campeón del mundo como jugador y seleccionador -1974 y 1990-, cuatro veces campeón de la Bundesliga en el campo -1966, 1968, 1974 y 1976-, otra como entrenador -1994-.
Al pulso de los clubes se unía el de Van Gaal frente a Mourinho, más la expectación ante el debut como madridistas de Carvalho y Khedira, saludado con cariño por sus ex colegas alemanes. Mucha simbología sobre la Allianz Arena, a rebosar, y también mucho de ensayo general para los de Van Gaal, una semana después de llevarse la Supercopa germana.
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