Los fiascos de Brasil
Las derrotas más dolorosas de la canarinha en la historia de los Mundiales
La repercusión de la derrota de Brasil ante Holanda solo se interpreta atendiendo a la magnitud de la historia de la pentacampeona en la Copa del Mundo. La selección brasileña ha sido campeona en 5 de las 18 ediciones disputadas: 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. Es la nación con más partidos, más victorias y más goles en la historia de la máxima competición futbolística. Por segundo Mundial consecutivo Brasil no ha superado los cuartos de final. Hace cuatro años, de la mano de Carlos Alberto Pariera, la canarinha cayó eliminada por la Francia de Zidane. Aquella tarde en el Commerzbank Arena de Frankfurt, un gol de Thierry Henry puso punto y final a la generación de Cafú, Ronaldinho o Ronaldo. La eliminación en Alemania truncó la histórica marca de tres finales consecutivas: 1994, 1998 y 2002.
Francia 1938.
Ocho años después de que Jules Rimet diera forma al sueño de una gran competición que reuniera a los mejores países del mundo en torno a un balón, la selección brasileña comenzó a erigirse como una de las grandes protagonistas. En las dos primeras ediciones (1930 y 1934) Brasil cayó ante Bolivia en la fase de grupos y no superó la primera ronda tras caer derrotada ante España. En 1938, en el último gran evento previo a la Segunda Guerra Mundial, Brasil perdió en semifinales ante Italia de Vittorio Pozzo y Giuseppe Meazza, que acabó proclamándose campeona tras derrotar a Hungría en la final.
El encuentro de semifinales prometía ser una final anticipada, pero el seleccionador brasileño, Adhemar Pimenta, pecó de prepotencia al dejar fuera a uno de los jugadores clave, el goleador Leónidas. "Lo conservo para la final", declaró Pimenta en la previa. Los azurri salieron victoriosos (2-1) y se ganaron el derecho a defender el título ante los húngaros, que habían batido sin problemas a Suecia.
Brasil 1950.
Durante la II Guerra Mundial, el Vicepresidente de la FIFA, el italiano Ottorino Barassi, escondió el trofeo de la Copa del Mundo en una caja de zapatos debajo de la cama y así evitó que cayera en manos del ejército de ocupación. El fútbol sobrevivió a la guerra y en 1950 se reanudó el Mundial.
La competición se organizó en formato de liguilla, y Brasil, España, Suecia y Uruguay quedaron como últimos contendientes para la disputa del título. En el último encuentro ante Uruguay, Brasil necesitaba únicamente un empate para alzarse con el trofeo, pero perdió por 2-1 ante los casi 200.000 espectadores que se abarrotaron el estadio carioca de Maracaná. El gol del uruguayo Alcides Ghiggia silenció el templo del fútbol brasileño, en la mayor sorpresa de la historia: el Maracanazo. Incluso se certificaron algunos suicidios en Brasil por la considerada derrota más humillante de la canarinha.
Suiza 1954.
Cuatro años después, la brillante generación húngara de Ferenc Puskas, Jozsef Boszik y Sandor Kocsis, venció a Brasil (4-2) en un vibrante partido de cuartos de final que terminó a golpes en los vestuarios, con jugadores, entrenadores y representantes de las dos delegaciones enzarzados en una auténtica batalla campal. "Los mágicos magiares" sucumbieron ante la República Federal Alemana en la final.
Inglaterra 1966.
La gran noticia de la primera fase de Inglaterra 1966 fue la eliminación de la selección que ostentaba el título: Brasil. Tras vencer a Bulgaria, la canarinha liderada por Pelé cayó ante Hungría y, poco después, frente a la revelación del torneo, Portugal. Pelé fue víctima del juego duro de las defensas rivales. Lesionado contra Bulgaria, se perdió el partido contra Hungría y tuvo que ser retirado en camilla durante el encuentro decisivo ante la Portugal de Eusebio, José Augusto y Simoes. Los brasileños perdieron por 3-1.
Alemania 1974.
En la edición disputada en Alemania se sustituyó el trofeo Jules Rimet, en manos canarinhas desde hacía cuatro años, tras ganar Brasil por tercera vez el Mundial (1958, 1962 y 1970), por una estatuilla de oro macizo modelado por Silvio Gazzaniga conocida como la "Copa del Mundo".
Brasil quedó por detrás de Holanda en la segunda fase de grupos y perdió ante la Polonia de Grzegorz Lato (1-0) en el partido por el tercer puesto.
Argentina 1978.
La historia se repitió cuatro años después. En la segunda ronda, se reeditó el histórico duelo entre Argentina y Brasil. En su último partido, la selección anfitriona necesitaba vencer a Perú por una diferencia mínima de cuatro goles, mientras que los brasileños, por su parte, parecían tener el pase a la final asegurado. Sin embargo, contra todo pronóstico y con históricas suspicacias, los de Passarella golearon a los peruanos por 6-0 con dos goles de Mario Kempes. En el partido de consolación por el tercer puesto, Brasil se impuso a Italia por 2-1 con goles de Nelinho y Dirceu.
España 1982.
En el Mundial de España, la generación de Zico, Sócrates, Falcao, Junior, Toninho Cerezo o Eder que maravilló a todos con su jogo bonito, sucumbió en la segunda fase tras caer derrotados por 3-2 en un memorable encuentro disputado en Sarrià en el que Paolo Rossi marcó los tres goles. Italia llegó a la final, en la que derrotó a Alemania Occidental por 3-1, y Rossi se proclamó máximo goleador, con seis tantos.
Italia 1990.
Cuatro años antes, Brasil perdió por penaltis en cuartos de final ante la Francia de Michelle Platini. En el Mundial de Italia la historia reeditó el duelo por excelencia del fútbol mundial. En la ronda de octavos de final. Argentina derrotó a Brasil con un gol de Claudio Caniggia en el último suspiro. En el duelo sudamericano entraron en juego todos los factores incluida la picaresca. Cuenta la leyenda que algunos bidones de agua de la selección albiceleste incluían una especie de tranquilizante para adormilar a los jugadores brasileños que, en los habituales parones del partido, se acercaban para beber del bidón argentino. Branco bebió y se sintió mal todo el encuentro. Maradona confirmó hace poco tiempo la intrahistoria de aquel encuentro: "Vi que venían a beber los buenos: Branco, Valdo, y yo decía para mí: tomen, tomen". La picaresca argentina de Bilardo elevada a trampa enciclopédica.
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