Julio César rompe el mito

El ex portero de la selección alemana y del Bayern de Múnich, Oliver Kahn, declaró hace unos días en una entrevista que "los guardametas pueden marcar la diferencia en un Mundial". Y añadió: "Sin un gran portero no se ganan títulos importantes". Un axioma relativamente acertado si se atienden a los nombres de los cancerberos de las selecciones campeonas, por más que existan excepciones. Italia tenía a Buffon en 2006 y a Zoff en 1982; Francia a Barthez, en 1998. Pero también estaban el alemán Illner en Italia 90, Pumpido en México 86... Brasil también desacredita a Kahn. La canarinha ha sido campeona del Mundo en varias ocasiones sin un portero de referencia. De hecho, exceptuando a Taffarel, en 1994, y a Gilmar, en 1958 y 1962, Brasil nunca ha contado con un guardameta de garantías en un Mundial. Este año es diferente. Julio César (Río de Janeiro; 1979) es uno de los jugadores más destacados de una selección poco acostumbrada a que jugadores de calidad se desempeñen bajo los palos. En cuartos de final frente a Holanda, tendrá una nueva oportunidad de demostrarlo.

Julio César comenzó a jugar al fútbol en su ciudad desde muy pequeño. "Mi padre me animaba cada vez que llegaba dolorido de los entrenamientos", recuerda. Ser guardameta en Brasil, donde casi todos los niños sueñan con marcar goles y emular a sus ídolos, no es fácil. Por eso, el cancerbero de la canarinha suele subrayar el importante papel que tuvieron sus padres en su formación como futbolista. "El ídolo de mi padre era Cláudio Taffarel", afirma. Precisamente, Brasil no tenía un gran guardameta en un Mundial desde 1998, el último que disputó Taffarel. Ni Marcos, en el campeonato de 2002, ni Dida, el de 2006, convencieron.

Pero la maldición en la portería de Brasil viene de lejos. Barbosa fue considerado el responsable del fracaso de la canarinha en 1950, cuando siendo anfitriona perdió en la final frente a Uruguay en un partido que pasó a la historia con el nombre del Maracanazo. "La pena máxima en Brasil son 20 años. Yo ya llevo cumpliendo 44 años de condena", aseguró Barbosa, en 1994. De Félix, el portero del mítico Brasil del 70, casi nadie se acuerda. En 1982 defendió la portería Valdir Peres, que ya tenía 31 años. Un error suyo en el primer partido, frente a la Unión Soviética, pasó a la historia como uno de los mayores fallos de los Mundiales. Con Julio César parece haberse roto ese mito de que Brasil.

Debutó como profesional el 13 de mayo de 1997 en las filas del Flamengo, un club en que el que jugó hasta 2004. Disputó 130 partidos en ocho años, aunque durante las tres primeras temporadas apenas gozó de oportunidades. Roberto Mancini, entrenador del Inter de Milán entre 2004 y 2008, se fijó en él y lo fichó en 2005. Julio César, sin embargo, tardaría en debutar en la Serie A. El Inter tenía el cupo de extranjeros lleno, así que se fue cedido al Chievo. Allí las cosas no le fueron bien: estuvo seis meses y no llegó a jugar ni un solo minuto. La temporada siguiente, volvió al Inter y se convirtió en titular indiscutible. Desde esa temporada ha jugado todos los años como mínimo 30 partidos.

A pesar de todo, a Julio César le ha costado asentarse en la selección. Debutó en 2004 en un partido frente a Chile, pero no se convirtió en titular hasta 2008. De hecho, en el Mundial de 2006 fue suplente de Dida. Por tanto, este es su primer Mundial como titular, pese a que estuvo a punto de no llegar a punto a la cita. Se lesionó el 2 de junio en un amistoso frente a Zimbabue y tuvo que abandonar el campo en la primera parte. Se llegó a especular con que no llegaría a Sudáfrica. Pero ahí está, bajo el larguero, con un protector en la espalda, y con unas paradas sensacionales. El futuro de Brasil en el Mundial sigue estando en sus manos.