"Le regalamos la pelota a México"
Maradona se contradice en el análisis de la victoria argentina y Aguirre asegura que el error arbitral distrajo a sus jugadores
Maradona cumplió el ritual con precisión supersticiosa. Se quitó el traje, se puso el chándal, encendió un 'Romeo y Julieta', uno de esos puros que le manda Fidel Castro, y llenó sus pulmones con tres o cuatro caladas en profundidad. Entró en la sala de conferencias del Soccer City y le pasó el puro a Gabriel Cáceres, el masajista, cuya función se circunscribe a sostener un puro humeante. Así se presentaron en público el seleccionador argentino y su séquito después del partido. Todavía no se disipaba la humareda cuando respondió a la primera pregunta: "¿Qué hará cuando se recupere Samuel? ¿Quitar a Burdisso o a Demichelis?" Como a Maradona le molestó que el periodista no lo felicitara antes de formular la cuestión, ni le hiciera algún comentario laudatorio, como es costumbre en la prensa argentina, calificó a la pregunta de "tonta". Luego agregó: "Jugará el que esté mejor".
Una de las decisiones más valientes de Maradona como entrenador ha sido dejar fuera del equipo titular a Verón, el gran caudillo del plantel. Durante los últimos días, en los alrededores de la concentración argentina circuló el rumor de que el veterano centrocampista se había enfrentado a su seleccionador para pedirle explicaciones por su ausencia. Ayer Maradona desmintió esta versión y dio un rodeo dialéctico muy críptico. "Mi relación con los de afuera es excelente", dijo. "No cambió nada. Fui tan claro con los jugadores como en la conferencia de prensa. Para mí no hay titulares ni suplentes. Los que no son titulares tienen que estar a mil. El que está afuera tiene que estar bien para cuando le pase algo al de adentro. Min relación es excelente con todos a pesar de que he dejado afuera a pesos pesados. He visto que esos pesos pesados cuando han saltado a la cancha lo han hecho por respeto al grupo, al cuerpo técnico y a la camiseta. Aquí no vinimos de vacaciones sino a hacer felices a los argentinos".
Al seleccionador argentino se le notó deliberadamente impreciso en sus explicaciones, como si tras aquel discurso sinuoso se escondiesen inconfesables problemas de gestión del vestuario. Cuando le preguntaron por la convalidación errónea del gol que Tévez hizo en fuera de juego (1-0), Maradona cambió de tema y criticó al árbitro Rosetti porque consideró que representa a una colectividad que no está protegiendo a Messi lo suficiente. "¿Qué qué sentí cuando se equivocó el linier? Lo mismo que siento cuando a Messi no lo dejan jugar y le dan unas patadas terribles sin que el árbitro diga nada. Si le mostraba la roja a Torrado no pasaba nada. Hoy ha sido la noche de las advertencias. ¿Cuántas veces hay que advertirle a un jugador antes de mostrarle la cartulina amarilla? ¡Muchachos, yo lo viví en carne propia! ¡Que volvemos 20 años atrás a la época de Gentile! Cada vez que Messi agarraba la pelota le pegaban en las piernas. No le apuntaban a la pelota. Le apuntaban a sus piernas. Ha sido escandaloso. Los errores de un asistente son comprensibles. Pasan siempre. Lo que es más preocupante es que lesionen a un jugador como Messi y los árbitros no hagan nada".
Maradona quiso dedicar la victoria a Valentino Rossi, "mi amigo que ahora lo está pasando mal", y aprovechó la euforia para defender su trabajo: "Hace poco decían que como técnico no entendía un carajo y ahora que he ganado cuatro partidos dicen que soy muy bueno. Pero sigo siendo el mismo y estoy orgulloso de lo que he hecho".
A la hora de hablar sobre el partido con México el seleccionador argentino se contradijo. Primero se mostró excesivamente optimista y satisfecho. "Fue un partido sin sobresaltos que dominamos con muy buenos pases", comenzó. Unos minutos después, en la misma conferencia, su discurso fue el contrario: "No me gustó que le regaláramos la pelota a México como si nosotros no tuviéramos mejor pie que ellos. Yo les dije a los muchachos: '¡Tengamos nosotros la pelota, porque somos mejores!'. Si lo hubiéramos hecho el partido habría sido más llevadero para nosotros".
Tévez, el goleador de la noche, se quejó de la decisión de Maradona de quitarlo para poner a Verón en la segunda parte: "Me sacó como si el único culpable de que no tuviéramos la pelota fuera yo (...). México nos robó la pelota y nos pudieron hacer mucho daño".
Javier Aguirre, el seleccionador de México, afrontó el trámite desagradable de la despedida con entereza. "Encaramos el partido en igualdad de condiciones. México fue bien superior por acciones, posesión y patear al arco. Pero hay un antes y un después del gol de Tévez. El error del juez de línea hace que cambie dramáticamente el partido. No tuvimos tiempo de reorganizarnos".
"El equipo se pierde después del primer gol", lamentó el mexicano. "El segundo gol viene de la mano del primero. La cuchillada del primer gol nos desconcentró. Nos faltó fortaleza mental para sobreponernos al error ajeno. Y el 2-0 contra Argentina es demasiada losa que hay que cargar en el segundo tiempo".
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