La confirmación de Giovani

El Mundial se avecinaba tormentoso para Giovani Dos Santos (Monterrey; 1989) y la selección mexicana. En el último corte de los seleccionados por Javier Aguirre, uno de los que se quedó fuera de la lista fue su hermano pequeño Jonathan, que sí que había sido incluido en la preselección anterior. Al conocer la noticia, el padre de ambos, Zizinho, cargó contra el seleccionador de la Tri por esta decisión y llegó a decir: "Gio no quiere jugar el Mundial, está destrozado". Pero para no querer jugar, el joven delantero está completando una buena participación en la Copa del Mundo. Lo cierto es que la corta carrera de Giovanni ha sido una montaña rusa, con más valles que picos. Hoy se bate con Argentina en los octavos de final y todo México se fía a su zurda.

Gio se formó y se dio a conocer en el Barcelona. Con 16 años, fue el líder del combinado mexicano que ganó el Mundial Sub 17 en 2005, donde recibió el Balón de Plata. En la pretemporada del verano de 2006, estuvo con el primer equipo, entonces entrenado por el holandés Frank Rijkaard, y debutó en un amistoso. Pero no jugaría un partido oficial hasta la siguiente temporada, cuando creaba, junto a Bojan Krkic, grandes expectativas en la afición del Camp Nou. Mientras el español se convirtió en el ojito derecho de la grada, el mexicano, obligado a suplir a las lesiones de Messi, recibió más pitos que otra cosa. Se le acusaba de ser individualista y la comparación con Ronaldinho le pesó demasiado. "Aunque lo respeto, no entiendo que mi público me silbe", señaló el joven zurdo. Así que en verano, se marchó traspasado al Tottenham inglés. Había jugado 39 partidos oficiales y solo había metido tres goles, todos en el último e intrascendente partido de una Liga que ya se les había escapado.

Juande Ramos, entonces entrenador del club londinense, pidió su fichaje por su "aportación ofensiva y su desequilibrio desde la banda". Gio nunca llegó a cuajar en Inglaterra. "Porque el tipo de juego de la Premier es demasiado directo y Giovanni necesita tener más el balón, como en el Barça", aclara Juande Ramos desde el otro lado del teléfono. Cuando el preparador español fue cesado del cargo en octubre, su sustito, Harry Redknapp, no estaba convencido del juego del extremo y decidió cederle al Ipswich Town de la Championship (Segunda División inglesa). No era de extrañar, en 12 partidos solo metió un gol y su mencionada aportación ofensiva brillaba por su ausencia. Con el Ipswich mejoró (cuatro tantos en ocho encuentros), pero a su regreso al Tottenham, en septiembre, volvió a las andadas. Redknapp no le daba oportunidades y jugó tres partidos en la primera parte de la temporada. Insuficientes para que el futbolista explotara.

En el mercado invernal, volvió a buscar el éxito en otro lado y se fue prestado al Galatasaray turco. Era una apuesta personal del técnico, Frank Rijkaard, que le conocía de sobra de la etapa de ambos en Barcelona. Está vez salió bien y, a pesar de no meter ningún gol, ha cuajado un buen final de temporada. También ha funcionado con la selección mexicana. Fue elegido mejor jugador de la Copa de Oro de la CONACAF en 2009 y, en la fase de clasificación para el Mundial, ha tenido una participación importante, sobre todo en la recta final. En el penúltimo partido contra un rival directo, Costa Rica, fue el más destacado de la Tri. Metió el primer gol y asistió en el segundo. La victoria final por 3-0, dio la clasificación directa para Sudáfrica al equipo de Giovanni. Ahora, en el Mundial, a pesar de las amenazas de su padre en mayo, Dos Santos está siendo de los mejores de la selección. No ha marcado ningún gol pero se ha convertido en un incordio para las defensas contrarias, como demostró ante Francia y la selección anfitriona. "En Sudáfrica, está demostrando que la experiencia en distintas Ligas le ha podido servir para madurar", remata Juande.