El danés de escuela holandesa

Muchas cosas han cambiado en el mundo del fútbol desde 1995. Francia no era campeona del Mundo y en España ni se intuía que 13 años después la selección conquistaría Europa. El jugador más joven del Mundial, el danés Christian Eriksen, tenía entonces tres años. Su compañero de selección Dennis Rommedahl (Conpenhague, Dinamarca; 1978), sin embargo, ya jugaba al fútbol de máximo nivel en 1995. Tiene una larga trayectoria profesional que le ha servido para ver cómo cambiaba la manera de entender el deporte y que, dado su gran rendimiento en el Mundial, puede tener aún varios e importantes capítulos por escribir. Rommedahl fue un afilado cuchillo que se clavó en la portería de Camerún el pasado día 19. Marcó el segundo gol de Dinamarca en aquel partido, el que eliminó a la selección africana del Mundial, y permitió a los escandinavos llegar al último partido, frente a Japón, con posibilidades de clasificarse para octavos.

A pesar de haber nacido en Copenhague, de haber debutado profesionalmente en el Lyngby de la Primera División Danesa y de llevar más de 10 años vistiendo la casaca de su país, hace trece años que Rommedahl vive lejos de Dinamarca. El PSV Eindhoven holandés lo fichó en 1997 atraído por sus buenas actuaciones. No en vano, había marcado cuatro goles en sus primeros 17 partidos en el Lyngby antes de cumplir los 20 años. Disputó dos partidos con el PSV y al año siguiente jugó cedido en el RKC Waalwijk, también en la Primera División holandesa. Rommedahl tiene un recuerdo bonito de su marcha a Holanda: "Fue una decisión muy buena. Allí me formé como futbolista y como persona. Fue magnífico y fundamental para mi futura carrera". En la temporada 98/99, cuando regresó al PSV, comenzó a jugar partidos y a marcar sus primeros goles con el equipo. Su mejor campaña en Holanda fue la 2001/2002, cuando anotó 12 tantos en 34 partidos.

Rommedahl ya había debutado con la selección danesa en esa época. Su estreno se produjo el 16 de agosto de 2000 en un partido frente a las Islas Feroe. Después de aquel encuentro, el seleccionador, que ya era el actual, Morten Olssen, le llamó para otros 38 compromisos internacionales de forma consecutiva. Un registro al alcance de muy pocos. Ahora espera cumplir su partido número 100 con Dinamarca en Sudáfrica. Sería señal de que han pasado a octavos. Rommedahl asegura que Olssen es "uno de los mejores entrenadores" que ha tenido. "Cuida de cada uno de los jugadores y lo sabe todo sobre el fútbol", afirma. Era la edad de oro de Rommedahl, que comenzó a perder su brillo en 2004, cuando sólo jugó 19 partidos con el PSV en Liga.

La temporada siguiente, abandonó Holanda y probó suerte en la Premier League inglesa en las filas del Charlton Athletic. Pasar de uno de los mejores equipos de Holanda a uno de segunda fila en Inglaterra podría considerarse como un paso atrás, pero Rommedahl no lo ve así. "Para mí fue una experiencia espléndida jugar en esa liga. En mi opinión es la mejor del mundo. Allí también aprendí mucho, y me perfeccioné como jugador". Su media goleadora descendió en el Charlton: anotó cuatro goles en 75 partidos. Aún así, el Ajax de Ámsterdam lo fichó en 2007. Rommedahl regresaba a Holanda, un país que le ha marcado y a cuya selección se tuvo que enfrentar en el primer partido del Mundial. Cuando llegó al Ajax, se enamoró de la ciudad. "Ámsterdam es muy hermosa y ofrece a sus habitantes la oportunidad de conocer un montón de culturas diversas", reconoce.

Rommedahl llega al Mundial como unos de los jugadores más veteranos de la selección, pero su importancia quedó demostrada, especialmente, en el partido frente a Camerún. Además de firmar el gol de la victoria, sus internadas por la banda derecha destrozaron al equipo que capitanea Samuel Eto'o. También fue una pieza fundamental en el camino hacia el Mundial: disputó todos los partidos de la fase de clasificación: 862 minutos de los 900 posibles.