Sol Beni, 'La Masía' de Costa de Marfil
De los 23 jugadores de Costa de Marfil, 11 salieron de la escuela de Abiyán
Abiyán es la antigua capital y el actual centro económico de Costa de Marfil. Entre sus tradicionales negocios destacan el petróleo, la madera y la industria automovilística. Sin embargo, desde 1993 ha añadido un nuevo producto a su lista de exportaciones que ha llamado la atención de medio mundo: el futbolista marfileño.
En ese año Jean-Marc Guillou, ex futbolista francés que jugó el Argentina 78, se hizo mánager, entrenador y accionista del ASEC Abidján, el club más laureado del país. De inmediato creó la escuela Sol Beni como cantera para el primer equipo, y en menos de dos décadas la ha convertido en la academia más prestigiosa de África. De los 23 seleccionados por Costa de Marfil para Sudáfrica, 11 han salido de Sol Beni. Entre ellos futbolistas que triunfan en Europa, como los hermanos Touré (Yayá y Kolo), Zokora, Eboué o Kalou.
"Supongo que es la cantera con más éxito del mundo", afirma Sven-Göran Ericsson, seleccionador del combinado marfileño. Por ello no sorprende en Sol Beni contar con la presencia de ojeadores internacionales, a la caza de la última joya africana.
Sol Beni se asemeja a las modernas canteras del fútbol europeo. Lejos de la estereotípica imagen africana, en la que unos chavales patean algo que hace tiempo fue un balón sobre un terreno yermo cuyas porterías imaginarias están delimitadas por piedras, las instalaciones de la escuela cuentan con campos de hierba perfectamente acondicionados, dormitorios para los chicos y una escuela. Todo ello gracias a los fondos de numerosos inversores locales y de Sifca, una de las compañías agrarias más importantes de África Occidental.
Fuga de talento
El éxito de la escuela tiene una parte negativa: la fuga de talento y la sospecha de intereses económicos detrás de ella. En 2001, Guillou se convirtió en mánager del Beveren belga, dando comienzo a un traspaso de jugadores a gran escala desde Sol Beni a Europa. El entrenador del Arsenal, Arsène Wenger, amigo de Guillou, fue uno de los beneficiados, y se hizo con los servicios de Kolo Touré y de Eboué.
En 2006 la FIFA investigó la relación entre Beveren y Arsenal. El club londinese reconoció haberle dado 1,5 millones de euros al Beveren "para ayudar a estabilizar la situación económica del club" y la FIFA, finalmente, no consideró ilegal su actuación. A ello se sumó una acusación de la BBC, según la cual Wenger invirtió 45.000 euros en la academia. Luego el Arsenal fichó a futbolistas de la cantera marfileñ, así que el técnico francés habría sido parte de la compra y la venta, algo que negó el técnico francés. Ese año el Beveren despidió a Guillou.
El éxito deportivo de Sol Beni es tan incontestable como lucrativo para su creador y para los que invierten en la escuela. De momento, Guillou ha extendido el modelo a Tailandia y Madagascar y el Arsenal ya se ha hecho con los derechos de dos de los nuevos pupilos de la cantera asiática.
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