El serbio-suizo que dio la victoria a Ghana
Kuzmanovic, que cometió el penalti que dio el primer triunfo a un equipo africano, fue capitán de la selección suiza sub 21
Zdravko Kuzmanovic no es hoy uno de los jugadores más populares entre la afición serbia: cometió el penalti que dio la victoria a Ghana en el debut de ambas selecciones en el Mundial. A los 20 minutos de saltar al campo golpeó el balón con la mano en una jugada que apenas llevaba peligro y dejó a su equipo sin casi margen de reacción, porque el gol de los africanos llegó cuando sólo faltaban seis minutos para el final del partido.
A pesar de lo balcánico que suena su apellido, Kuzmanovic no ha jugado nunca en un club serbio. Nació en la localidad de Thun, en el cantón de Berna (Suiza), en 1987, aunque sus padres eran serbios. Comenzó su carrera profesional en el Basilea y en 2007 lo fichó el Fiorentina. En ese año, Kuzmanovic ya había sido internacional en todas las categorías inferiores de Suiza y era el capitán de la selección sub 21.
Su prometedora carrera hizo que en 2007 fuera convocado para la selección suiza absoluta, pero él renunció a esa llamada y prefirió la del español Javier Clemente, entonces seleccionador de Serbia, que también le quería para el equipo balcánico. Kuzmanovic argumentó que era serbio y quería "darlo todo" por su país.
Su decisión provocó grandes críticas en Suiza y en su primer club, el Basilea, que le acusaron de traidor. A esos reproches de su ex selección se unen hoy los que está recibiendo de su propia hinchada, pero sus 23 años y su carrera actual en el Stuttgart alemán indican que aún tiene buena parte de su carrera para arreglarlo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.