Guantes que no olvidan
El falló del inglés Robert Green frente a Estados Unidos pasará a la historia de los Mundiales junto a los de Zubizarreta, Higuita y muchos otros
Son futbolistas distintos, solitarios dentro del campo. Viven los momentos de éxtasis de su equipo de forma singular y sufren como nadie los momentos más difíciles de un partido. Tienen complicado compartir las alegrías y se ven obligados a curarse a sí mismos las heridas que les producen los goles.
Los porteros de fútbol tienen una visión de los encuentros y del deporte muy diferente al resto de sus compañeros. Sus fallos suelen ser decisivos y largamente recordados, mientras que sus aciertos quedan casi siempre eclipsados por los aciertos de jugadores de campo. Mientras que un delantero puede hacer olvidar un gran error con un gol, una cantada de un portero no se enmienda con una buena parada. Robert Green, el guardameta de la selección inglesa que falló en el primer gol de Estados Unidos, lo debe de saber perfectamente. Su fallo pasará seguramente a la historia de los Mundiales, como lo hicieron los de tantos otros anteriormente.
La afición española, por ejemplo, no olvida el que tuvo Zubizarreta en el Mundial de Francia 98 ante Nigeria en el primer partido del campeonato. Aquel día, la selección se había adelantado en el marcador con un gol de falta de Fernando Hierro en el minuto 21. Después empató Nigeria, pero un tanto de Raúl puso a España de nuevo por delante. En el minuto 73de aquel encuentro cambió la suerte de la selección en aquel Mundial: Garba Lawal disparó a puerta sin ángulo, casi desde la línea de fondo.
Era un tiro aparentemente sin peligro, el balón no iba muy fuerte y no había jugadores nigerianos cerca. Pero Zubizarreta, el portero de España, cometió un error inexplicable: metió la mano y desvió el balón de tal forma que acabó entrando casi sin fuerza en su propia portería. Aquella jugada se terminó convirtiendo en el símbolo de aquel Mundial para los aficionados españoles, pues después Nigeria marcó otro gol y la selección perdió el partido. Finalmente, el fallo resultó decisivo para que España fuera eliminada de aquel campeonato en la primera fase.
Cuatro años después, el tiempo compensó a España aquel error, también en un partido de la primera fase, en forma de fallo de un portero rival: Andre Arendse de Sudáfrica. Un pase largo de Mendieta en el tercer partido de la selección en Corea y Japón acabó en las manos de este guardameta, que, inexplicablemente, dejó escapar el esférico. Raúl, que pasaba por allí, sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la portería. España acabó ganando el encuentro por 3-2, el mismo marcador por el que perdió cuatro años antes frente a Nigeria.
Uno de los errores más recordados de los Mundiales es el de René Higuita, portero de Colombia, en los octavos de final de Italia 90 frente a Camerún. El mítico guardameta cogió un balón casi en el medio del campo y se acabó haciendo un lío del que se aprovechó el legendario Roger Milla, que le arrebató el esférico y marcó. Colombia perdió el partido y tuvo que regresar a su país.
En Estados Unidos 1994 fue el portero Surcoreano Cho In Young el que tuvo la mala suerte de pasar a la historia . Young se confió en un disparo del alemán Klinsmann y el balón acabó pasando hacia la portería a solo unos milímetros de su guante. El seleccionador de Corea del Sur, Kim Ho Kon, le sustituyó en el descanso.
La lista de porteros que han pasado a la historia de los Mundiales por sus errores es mucho más larga: de ella no se salvan ni el alemán Oliver Khan (que falló en la final del Mundial de 2002 frente a Brasil), ni el salvadoreño Raúl Magaña ni el holandés Patrick Bonner. Todos sus guantes guardan la historia de un fallo que pasará a la historia, mientras las botas que erraron goles claros seguirán en el olvido.
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