Fisher silencia el Garden

Fisher, el capitán, remató lo que tanto les costó a los Lakers , la victoria en Boston por 84-91. El triunfo era vital para ambos equipos. A pesar de que la serie se prevé larga, ponerse 2-1 supone un tesoro. Y en estos momentos los Lakers lo tienen en sus manos. Les costó un mundo ganar en el Garden de Boston pero se salieron con la suya. Sufrieron a pesar de que el partido se les puso de cara a las primeras de cambio, con Ray Allen absolutamente fuera de foco, con Pierce cargado de faltas, con Rondo relativamente bien contenido, con un apreciable dominio en el rebote. Pero no fue el día de Kobe Bryant. Y a pesar de eso insistió el equipo en repetir la jugada Kobe. Anotó 29 puntos pero su serie fue nefasta: 10 de 29, con uno de siete en triples. Fisher redimió a la estrella y a todo el equipo, que se salvó por los pelos ante un rival que contó a demasiados jugadores superados por los acontecimientos.

Después de estar a punto de derrochar una ventaja de 17 puntos (20-37), después de sufrir lo indecible en el tercer cuarto a medida que menguaba la diferencia, después de verle las orejas al lobo cuando Rondo primero (67-68) y un sensacional Garnett poco después (69-70) pusieron a uno a los Celtics, un surtido de canastas de los Lakers, tres consecutivas de Fisher, más una de Odom, otra de Pau Gasol, y sí, también una de Kobe, además de un dos más uno de Fisher acabaron de rematar el costosísimo triunfo de los Lakers.

Tres jugadas de vídeo

El final fue tremendo y los árbitros tuvieron que recurrir al vídeo hasta en tres ocasiones para decidir en manos de quién ponían el balón. Los Celtics rozaron la remontada por última vez con una canasta de Garnett a falta de dos minutos (80-82). Después, Ray Allen falló un triple que cerró su desastroso saldo: 0 de 13 tiros; 8 de ellos, triples, curiosamente la misma cifra con la que, en el segundo partido, consiguió un récord en las finales y le dio la victoria a su equipo .

Los Lakers ataron en corto a los tiradores de los Celtics, especialmente a Ray Allen. Esta vez no se sintió cómodo, siempre con un defensa de los Lakers sobre él, precisamente Fisher, que también por ese lado, se ganó el derecho a ser distinguido como el mejor sobre la cancha.

Garnett, demasiado solo

Los Celtics dependieron en exceso de Garnett. Tenía ganas de revancha, de demostrar que puede con Pau Gasol . Su equipo interpretó a las mil maravillas la situación y depositó en él los primeros balones con un resultado espectacular, los seis primeros puntos fueron suyos. Pero después se convirtió en un recurso efectivo pero reiterativo. Tanto que al final, en una de las pocas que recibió Pau Gasol en su marcaje, Kobe Bryant le rebanó un balón que valía su peso en oro. Los Celtics, sin puntos desde el exterior y superados en el rebote (43-35), no lograron hacer verdaderamente daño a la defensa de los Lakers, ni enlazar alguna fase de juego vibrante. Fueron reduciendo su desventaja pero nunca pudieron encadenar canastas que hicieran de su juego el vendaval que esperaba su entusiasta afición.

Ganaron los Lakers y vuelven a tener de cara la final aunque los dos próximos partidos tendrán el mismo escenario y, como siempre, no se presagia que los Celtics vayan a ceder con facilidad ante su gente.