El Madrid sobrevive
Los de Messina se ganan el derecho a jugarse el todo por el todo en Vitoria
El Madrid crece y se ha ganado de sobra el derecho a jugarse todo en 40 minutos en Vitoria. Su dominio del cuarto acto fue total, incuestionable, hasta el punto de que terminó desesperando al Caja Laboral, tan enredado por las dificultades que le puso su rival como por sus propios desaciertos, manifiestos en alguno de sus jugadores clave, como Teletovic y San Emeterio. Todo lo contrario que el Madrid, que esta vez supo y pudo sacar provecho de casi todo lo que tiene. Eso sí, siendo un equipo difícilmente escrutable, lo hizo de la mano de un resucitado como Bullock y otro que ha decidido ampliar hasta los 6,25 metros su radio de acción. Porque ahora resulta que Felipe Reyes es capaz de tirar tantos tiros de tres como el que más y, encima, meterlos. Ayer, tres de cinco. Sensacional su capacidad para ir aportando a su juego nuevas facetas.
REAL MADRID 80 - CAJA LABORAL 62
Real Madrid: Prigioni (10), Bullock (13), Velickovic (6), Reyes (15) y Tomic (19) —quinteto inicial—; Lavrinovic (5), Jaric (5), Van der Spiegel (0), Vidal (4), Almond (0) y Llull (3).
Caja Laboral: Huertas (5), Oleson (5), San Emeterio (5), Teletovic (5) y Splitter (20) —quinteto inicial—; Ribas (2), Palacio (2), Eliyahu (11), Golubovic (2), English (5) y Herrmann (0).
Árbitros: De la Maza, Redondo y Conde.
10.200 espectadores en el Palacio de Vistalegre.
El conjunto de Ettore Messina salió a todo trapo, como corresponde al que desde el domingo no cuenta con ningún margen de error. Le ayudó mucho que en minuto y medio Splitter se cargara con dos faltas personales. Sorprendentemente, Dusko Ivanovic decidió mantenerle en la cancha, una arriesgada decisión que le salió bien a medias. Defensivamente, abrió un boquete debajo de su canasta que Reyes y Tomic se encargaron de aprovechar para marcar diferencias (21-13, en el minuto siete). Pero el jugador más valioso de la ACB lo compensaba en el otro aro y, en cuanto le echaron una mano English y Oleson, la reacción del Caja Laboral fue fulminante con un parcial de 0-13.
Mostradas por ambos lados las cartas, el partido entró en la fase de desgaste, que tuvo en el enfrentamiento entre Tomic y Splitter su mejor expresión. Mientras la influencia del brasileño en el juego del cuadro vasco es sobradamente conocida, Tomic tiene la asignatura pendiente, lógica por su edad, de dotar a su juego de las dos virtudes que separan a los jugadores guadiana de los decisivos: la regularidad y la constancia. Ayer las tuvo, por lo que ambos talentos terminaron sumando lo mismo, lo que siempre es una buena noticia para el Madrid.
Los que no hicieron tablas fueron el resto. De ahí, que a partir de la mitad del segundo cuarto el encuentro se decantase hacia el lado madridista. El Caja Laboral nunca encontró a su excelso tirador, Teletovic. San Emeterio tampoco colaboró en la anotación y Marcelinho se mostró poco clarividente, salvo cuando conectaba con Splitter. Demasiada rémora pese al buen partido de Eliyahu porque en el otro lado la suma era constante pese a la baja de Llull, que se resintió de su lesión.
Pero este juego, como todos, es mucho cuestión de confianza. Y el Madrid, visto los dos encuentros en Vista Alegre, la ha recuperado. Velickovic, Lavrinovic, Vidal y hasta Jaric aportaron cosas que deberían servirles de afirmación para el partido definitivo en Vitoria. Un encuentro al que llega el Madrid en alza y el Caja Laboral con muchas dudas. Pero, después de lo visto esta temporada, ninguno se ha ganado el derecho a sentirse seguro de que, a la hora de la verdad, estarán a la altura.
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