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Evans culmina su transformación con el liderato del Giro

A siete kilómetros de la meta, caída de Sastre, que perdió 37s

A Cadel Evans le compra los pijamas su mamá, Ivan Basso no va a ninguna carrera sin su almohada personal, al padre de Tyler Farrar, un neurocirujano, le atropelló un camión cuando iba en bicicleta y está en silla de ruedas desde entonces y Bradley Wiggins cuando se deja melena querría parecerse a Keith Richards pero se queda en Paul Weller. La nueva narrativa del ciclismo, la posmoderna, en la que todas las anécdotas poseen el mismo poso a la hora de construir una historia, podría contar así, narrativa Twitter, la segunda etapa del Giro: Evans (australiano) es el nuevo líder, Basso (italiano) es el favorito sentimental, Farrar (del estado de Washington, Estados Unidos) ganó en Utrecht al 'sprint', y Wiggins (inglés) perdió la 'maglia' rosa en una gran caída a siete kilómetros (y también se cayó Carlos Sastre, un fuerte golpe a la espalda, y también perdió 37s).

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Otra narración, integrista, justiciera, no contaría lo sucedido en las peligrosas carreteras holandesas -cuanto más seguras se quieren hacer para los coches, con medianas en los cruces, chicanes en los pasos de peatones, rotondas en todas partes, más peligrosas resultan para los pelotones ciclistas-, sino que recordaría las estancias de tantos ciclistas en el temible Teide, las semanas de Vinokúrov, Pellizotti y sus amigos en el parador al mismo tiempo que algún médico italiano de mala fama, cómo cuando el Liquigas invitó a algunos periodistas al volcán para que vieran que allí no pasaba nada raro, algún corredor de otro equipo no salió de la habitación en días, o cómo el código de conducta del Katiusha considera igual de dañino para la imagen del equipo llevar el traje arrugado o con alguna lámpara que ir a pasar unos días a Tenerife, ambos hechos prohibidos y multados por igual. Terminaría el cuento recordando que los que mandan en el Giro, los anglosajones Evans y Farrar, representan el ciclismo limpio, el futuro, pese a que el australiano, que perdió la Vuelta con Valverde porque no pudo cambiar una rueda rápido en Sierra Nevada, campeón del mundo en Mendrisio y reciente ganador de la Flecha Valona, corre para un equipo, el BMC de Andy Rihs y John Lelangue, heredero directo del Phonak de infausto recuerdo (Floyd Landis, Santi Pérez, Tyler Hamilton, Gutiérrez...)

¿La narración de siempre? La historia: la foto del padre de Farrar, un cicloturista entusiasta, aventurero, escalador, con un 'maillot' del Banesto con sus hijos en una cuneta del Galibier en el Tour del 92 (uno de los de Indurain), la pasión transmitida a sus hijos por el deporte del aire libre, de los límites interiores, de la capacidad de sufrimiento, del esfuerzo, del sacrificio. Cómo Farrar, de 25 años, una etapa en la Vuelta pasada, otra en la Tirreno-Adriático, lleva camino de convertirse en el único ciclista que pueda desafiar al soberbio Cavendish. Cómo en la carrera que inventó las 'volatas', el Giro de la 'maglia' ciclamino, ahora roja por mor de la bandera tricolor, los italianos ya no pintan nada.

La historia: cómo Evans -fugaz 'maglia' rosa en 2002: una gran pájara en los Dolomitas le desnudó- ha pasado de ser Poulidor a Anquetil, el eterno segundo ha empezado a ganar... La historia: Sastre -viejo sabio, tranquilo pese a todo, pese al dolor del golpe en la espalda que sufrió en una de la docena de caídas del día, a siete kilómetros de la llegada- y la eterna lucha de los escaladores de la tercera semana para no perecer en la primera víctimas del estrés, de los nervios, de la locura de los velocistas, de los novatos agobiados por el pinganillo, apremiados desde el coche para estar siempre delante. De Marzio Bruseghin y tantos otros que acabaron la etapa retrasados montando en la bicicleta de algunos compañeros sacrificados, de los sacrificados, de los que deben correr pensando en ellos, pero antes en las necesidades de sus jefes. La narración del ciclismo que emociona.

Tyler Farrar celebra su victoria tras cruzar la línea de meta.
Tyler Farrar celebra su victoria tras cruzar la línea de meta.AP
Cadel Evans se enfunda la 'maglia' rosa.
Cadel Evans se enfunda la 'maglia' rosa.FP

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