Un gol para la esperanza
Nino empata en el descuento en un partido abierto y tenso
No podía tener otro protagonista. Con el Tenerife derrotado, pensando en que había dejado pasar el tren definitivo para seguir en Primera, apareció Nino, incombustible, insaciable, para cazar un balón suelto en el área y conseguir un gol que quizá no sea suficiente pero alimenta las esperanzas de no perder la categoría que se jugará la última jornada en Mestalla.
Con menos exigencia y en un ejercicio práctico, el Almería hizo sus deberes para evitar echar el oído a otros estadios. Lo consiguió con dos goles de Piatti y Crusat, cuya rapidez desmontó al Tenerife, que se dio por aliviado con el empate final.
Ofensivo y dinámico, con sus virtudes y defectos implícitos, el conjunto de Oltra aplicó de inicio su habitual y valiente estilo de juego que le produce tantas luces como sombras. En el primer minuto de juego tuvo el Tenerife una ocasión inmejorable, tras un cabezazo de Román a dos metros de la portería que Diego Alves, con unos reflejos eléctricos, desvío fuera. Por dos veces se gestionó Nino la ocasión de adelantar a los chicharreros. Y llegó Marc Bertrán, lateral diestro él, se asomó al balcón del área del Almería y tras amagar un disparo de derecha, soltó un zurdazo que se coló en el ángulo derecho de la portería de Alves, esta vez desubicado.
Tenerife 2 - Almería 2
Tenerife: Aragoneses; Marc Bertrán, Culebras (Ángel, m. 85), Pablo Sicilia, Héctor; Ricardo, Román; Juanlu (Dinei, m. 60), Alfaro, Ayoze; y Nino. No utilizados: Luis García; Manolo, Mikel Alonso, Richi, Omar
Almería: Alves; Cisma, Acasiete, Chico, Juanma Ortiz; M?Bami, Bernardillo; Corona (Borzami, m. 90), Soriano, Crusat (David Rodríguez, m.85); y Piatti. No utilizados: Esteban; Nieto, Quillo, José Ortiz y Rodríguez.
Goles: 1-0. M. 14. Bertrán de fuerte disparo. 1-1. M. 17. Piatti. 1-2. M. 81. Crusat en una contra. 2-2. M. 92. Nino de semivolea
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Crusat, Marc Bertrán, Corona y Alfaro.
Unos 22.000 espectadores en el Heliodoro Rodríguez López. Un gol para la esperanza. Nino empata en el descuento en un partido abierto y tenso
Apenas había transcurrido un cuarto de hora, y como ha venido sucediendo a lo largo de toda la temporada, el prolífico y elaborado ataque tinerfeño tenía mínima recompensa. Por el contrario, con poco le basta a cualquier equipo que se enfrente al conjunto isleño para sacar rédito de la nada. 71 goles en contra hasta ayer explican demasiadas cosas.
Destensado por tener prácticamente la salvación asegurada, el Almería, de manera más básica, igualó pronto el encuentro sin calentarse mucho la cabeza. Un pase largo al espacio, un desmarque perfecto de Piatti, y gol. Jugada repetida una y otra vez, como sucedió cuatro días atrás ante el Villarreal, en el conjunto de Lillo que explota perfectamente la velocidad de Crusat y Piatti. Dos balas.
El golpe recibido llenó de dudas al Tenerife, encogido por sus propios miedos, con el descenso en juego, frente a una oportunidad única para salir del pozo a falta de la última jornada. Sus ataques se tornaron toscos y confusos. Mientras, el Almería marchaba tranquilo y prudente, ganando espacios poco a poco, disfrutando de las sensaciones que proporciona el tener el esférico en su poder más de la cuenta, más de lo que tenía previsto.
A la vuelta del descanso, conscientes de la delicada situación, recuperó, en parte, su esencia el Tenerife, en un todo o nada ante un Almería desinhibido fiado a la velocidad de Crusat y, sobretodo de Piatti, un incordio el argentino, veneno puro. Derivó un encuentro abierto, apasionado, con la sensibilidad a flor de piel en el Tenerife que no desfallecía en el intento.
En el intercambio de golpes apareció Crusat y dejó al Tenerife al borde de la rendición. Hasta que apareció Nino.
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