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Vuelve el ilusionista

El Bizkaia gana con un triple de Salgado sobre la bocina

Vista su insistencia y dado como es el baloncesto a apodar a sus protagonistas, habrá que convenir que Javier el ilusionista Salgado resucitó ayer sus artes de magia acompañado por una sobredosis de fortuna para conseguir una victoria que el Bizkaia BB nunca mereció de la única forma posible: sobre la bocina con un tiro agónico, ladeado, violento, algo así como un viaje a ninguna parte que acabó golpeando el tablero y en vez de ser escupido, por indigesto, se lo tragó la cesta quizás hambrienta por lo enclenque del marcador. "No es la primera vez que logro algo así, pero lo cierto es que a veces entran y a veces no entran", reconocía Salgado. "Cuando lo metes eres muy bueno y cuando lo fallas, un villano". Así es la vida de agradecida cuando ganas y de implacable, cuando pierdes, caso del Murcia que se la juega cada semana para evitar un descenso cada vez más previsible.

BIZKAIA BB, 58; MURCIA, 57

Bizkaia BB: Javi Rodríguez (2), Warren (8), Mumbrú (-), Hervelle (2) y Moiso (5) -cinco inicial-; Salgado (17), Blums (6), Seibutis (5) y Markota (6) y Banic (7).

Murcia (21+14+8+14): Vujanic (20), Scepanovic (6), Sy (9),Prestes (9) y Asselin (9) -cinco inicial-; Robles (-), Moss (-), Marco (2), Javier Sánchez (-) y Faverani (2).

Árbitros: Martín Bertrán, Murgui y García Leal. Sin eliminados.

9.124 espectadores en el Bizkaia Arena.

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A Salgado le adornan muchas virtudes, entre otras ser la quintaesencia del baloncesto vizcaíno, su profesionalidad a prueba de éxitos y de fracasos, pero sobre una: la capacidad para asumir la responsabilidad en los momentos fatídicos. Nunca la rehúye y ayer se la jugó después de que el Murcia fallara su segundo tiro libre y propiciara el contragolpe del Bizkaia. Lo llevó él solo, apelando a su rapidez para cruzar la cancha, buscando un resquicio para tirar o una falta personal que, conocida su efectividad en los tiros libres, casi garantizaba una prórroga como mal menor de un partido que casi, casi, daba por perdido. Eso fue el partido, definido por el propio Salgado como "horroroso" y por su técnico Katsikaris como "muy feo". Dicho queda.

Salgado, izquierda, abrazado por Banic al final del partido.
Salgado, izquierda, abrazado por Banic al final del partido.EFE

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