El Mallorca se lo empieza a creer
El equipo de Manzano golea al Sporting y se afianza en plazas europeas
Durante todo el minuto 14 de partido de ayer el público de Son Moix dedicó una cerrada ovación al Mallorca para celebrar la permanencia en Primera por decimocuarta temporada consecutiva. La iniciativa, convocada por un aficionado a través de internet, vino a coincidir con la última entrada del blog de Gregorio Manzano, en la que el técnico del equipo balear reconoce que "un año más, la permanencia es una realidad".
Con 13 jornadas por delante, el logro es todavía virtual. Pero parece que, a distintos niveles, el Mallorca por fin da señales de empezar a creerse la buena campaña que está realizando. Descartados ya los apuros deportivos de otros años, Europa comienza a vislumbrarse como un posible alivio para los problemas económicos que arrastra la entidad.
Mallorca 3 - Sporting 0
Mallorca: Aouate; Josemi, Ramis, Nunes, Corrales; Mario Suárez, Julio Álvarez (Martí, m. 74), Gonzalo Castro, Borja Valero (Varela, m. 87), Víctor (Webó, m. 81) y Aduriz. No utilizados: Lux; Mattioni, Rubén y Keita.
Sporting: Juan Pablo; Sastre, Botía, Gregory, José Ángel; Rivera, Matabuena (Camacho, m. 80); Morán, De las Cuevas, Kike Mateo (Bilic, m. 68) y Barral (Maldonado, m. 68). No utilizados: Raúl; Canella, Pedro e Iván Hernández.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Gregory, Botía, José Ángel y Ramis.
Goles: 1-0. M. 12. Julio Álvarez cuelga al área un balón que sorprende a Juan Pablo. 2-0. M. 75. Víctor culmina un contragolpe de Castro. 3-0. M. 88. Webó, a pase de Corrales.
12.783 espectadores en el Ono Estadi.
El Sporting de Manolo Preciado sucumbió a la fórmula que, en los últimos tiempos, ha hecho del Ono Estadi uno de los campos más difíciles de la Liga española. El Mallorca volvió a ganar en casa como lo viene haciendo durante toda la temporada: aparentemente sin esfuerzo, sacando el máximo provecho de sus ocasiones y apabullando al rival con el dominio de la pelota.
Muy al principio, Julio Álvarez, futbolista en buena progresión desde hace ya varias semanas, sorprendió a todos -incluidos él mismo y el portero- con un centro que se torció hasta colarse en la red. El Mallorca jugó a dormir el partido y, durante muchos minutos, asumió el riesgo de no ir a por un resultado más claro. Le ayudó tener enfrente a un Sporting poco ambicioso, que tardó una eternidad en entrar al trapo. Tanto que, cuando quiso, ya no pudo. Mediada la segunda parte, un balón perdido en el centro del campo lo condujo Castro hasta el área para que Víctor sentenciara, y ya en los minutos finales Webó saltó del banquillo para cerrar el marcador. Al Mallorca, el objetivo de la permanencia se le ha quedado pequeño.
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