Una defensa de mantequilla
Los errores del Villarreal facilitan su eliminación con goleada por el Wolfsburgo
Esta vez fue Dzeko en Wolfsburgo. La semana anterior fue Grafite en Vila-real. Dos delanteros de nivel que destrozaron al Villarreal y que pusieron en evidencia que defender sigue siendo su penitencia. Dzeko demostró anoche que es un delantero de grandes recursos, capaz de desbordar y asistir aprovechando sus largas piernas y de rematar y marcar debido a su esbelta figura y depurada técnica. Ambas cosas hizo el delantero bosnio del Wolfsburgo en una actuación ejemplar, para dejar fuera de Europa a un Villarreal que no recupera sensaciones en ataque y convertido en una bicoca en defensa.
En lo grueso, en poco ha mejorado el conjunto castellonense con la llegada de banquillo de Garrido que está intentando recuperar el estilo de siempre. La confianza la dan los resultados y estos no llegan. Las buenas intenciones quedan en nada cuando el balón se merodea por el área amarilla. Diego López no da abasto para detener todo lo que le llega. En el Volkswagen Arena le cayeron cuatro goles. Alguno más pudo ser. A la espera de Cazorla y Rossi, en ataque tampoco anda sobrado de acierto. El Wolfsburgo pareció, por momentos, el hermano mayor haciendo valer su jerarquía ante el simpático menor. Un equipo demasiado amable para el rival.
Wolfsburgo 4 - Villarreal 1
Wolfsburgo: Hitz; Pekarik, Madlung, Simunek (Barzagli, 48) , Schäfer; Josue; Gentner (Schindielorz, 90), Riether (Hasebe, 79); Misimovic, Grafite y Dzeko.
Villarreal: Diego López; Angel López, Gonzalo, Godin (Musacchio, 46), Capdevilla; Cani (Llorente, 46), Senna, Bruno; Fuster, Pires (Montero, 70); y Nilmar.
Goles: 1-0: min 10, Dzeko, 2-0: min 15, Angel López en propia puerta, 2-1: min 31, Capdevila. 3-1: min 41, Gentner, 4-1: min 64, Grafite.
Arbitro: Alexandro Tudor (Rumania) amonestó a Simunek, Fuster, Capdevila
Incidencias: partido de dieciseisavos de final de la Liga Europa disputado en el Volkswagen Arena de Wolfsburgo.
Adelantó la línea defensiva el Villarreal y resultó una clara invitación para el Wolfsburgo. A los nueve minutos de juego, Dzeko se plantó ante Diego López con espacio por delante y tiempo para pensar por dónde colaba el esférico. Optó por una de las escuadras. Tenía opciones, se encontraba algo escorado, pero solo ante el portero. El bosnio había roto con facilidad el fuera de juego. Se había quedado enganchado Gonzalo. Cuestión menor resultó la falta de atención del central argentino comparado con el error de Ángel cinco minutos después. El lateral canario tuvo puntería para marcar gol, pero lo hizo en su portería. En nada quedó, sólo en buenas intenciones, el arranque sosegado del Villarreal, con cinco centrocampistas intentando tocar y tocar acunando el esférico para dormir a un rival despierto, mucho más vivo, demasiado rápido y fuerte. Pudo contestar el conjunto castellonense nada más recibir el primer gol. Fuster remató desviado un mal despeje de Hitz, el portero del conjunto alemán. Un tímido espejismo. El Wolfsburgo puso en marcha la pesada maquina teutona y el Villarreal se vio desbordado por ambas bandas y por alto, que por algo son muy grandotes.
Zarandeado y aturdido, no cayó en la desesperación el Villarreal que se metió en el partido y en la eliminatoria de manera insospechada, en una jugada a balón parado. Botó un saque de esquina Senna y remató de cabeza el de siempre: Capdevila. El gol del lateral catalán hizo mella en el conjunto alemán que ya no veía con tanta claridad lo que en un principio parecía un paseo. Apareció entonces Dzeko con poderosa zancada por la banda derecha, cual extremo de toda la vida para ganar con velocidad la carrera con Godín. Asistió para Gentner que no tuvo más que empujar a gol. Sin oposición, claro.
Tras el gol de Capdevila, a distancia se amplió en un segundo acto de obligado cumplimiento que sólo dejó patente la impotencia de un Villarreal que no se encuentra. Tampoco con Juan Carlos Garrido en el banquillo.
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