Villa, futbolista total
Con dos goles, el delantero impulsa a un Valencia directo ante un Getafe sin remate
Marcó dos goles, se situó con 17 en la cima de goleadores, bajó a defender hasta de lateral izquierdo, y se marchó a la ducha enseñándole al técnico tres dedos en el aire con un mensaje inequívoco: el no quería irse, sino anotar un hat trick. Pero Emery entendió que las circunstancias obligaban a sustituir a su goleador. La expulsión de Alexis y el tanto de Manu del Moral angustiaron al técnico y a Mestalla, que apretó los dientes para defender su ventaja. El Getafe atacó con todo, pero añoró la puntería del ausente Soldado.
Tejió y tejió el cuadro de Míchel, siempre por el suelo para combatir el efecto insidioso del viento, pero Valencia sacó el mazo al contragolpe. Frente a la elaboración azulona, se impuso la verticalidad valencianista, por delante en el marcador con una jugada tan sencilla que remitió a los goles del colegio. Un despeje con el pie del portero César, una prolongación con la cabeza de Alexis y balón a seguir en carrera por Chori Domínguez, mucho más rápido que su perseguidor, Cata Díaz. El volante argentino apuró la línea de fondo y su pase atrás, el pase de la muerte, lo remachó Villa.
VALENCIA 2 - GETAFE 1
Valencia: César, Miguel, Marchena, Dealbert, Alexis, Albelda, Banega, Joaquín (Pablo, m.58), Domínguez (Maduro, m.65), Silva y Villa (Mata, m.77).
Getafe: Codina, Miguel Torres, Cata Díaz, Rafa, Mané (Kepa, m.80), Boateng (Pedro Ríos, m.70), Casquero, Pedro León, Parejo (Albín, m.56), Manu y Miku.
Goles: 1-0, m.38: Villa. 2-0, m.50: Villa. 2-1, m.75: Manu del Moral.
Árbitro: Paradas Romero (colegio andaluz). Amonestó por el Valencia a Albelda y César y por el Getafe a Mané, Boateng, Pedro León, Pedro Ríos, Cata Díaz y Parejo. Expulsó a Alexis (m.60), por acumulación de amonestaciones.
Incidencias: partido disputado en el estadio Mestalla ante 40.000
espectadores.
En su primera presencia como titular, Chori Domínguez enseñó sus galones ya desde la alineación al alternar la media punta con Silva. Después se los ganó a pulso: estuvo en casi todas las acciones de gol de su equipo y, en una de ellas, Cata Díaz sacó el balón ya en la línea de la portería, con Codina batido. Además de la calidad en el manejo del balón y en el juego de entre líneas, Chori también es rápido, para satisfacción del director deportivo, Fernando Gómez, quien lo fichó en el mercado invernal procedente del Rubin Kazan.
El Valencia temía especialmente a Pedro León, sobre todo por la presencia en el lateral izquierdo del central Alexis, que cubría las numerosas bajas defensivas de Emery. Pero el central malagueño cumplió con creces hasta que fue expulsado, y donde más sufrió el Valencia fue por el otro lado, el de un explosivo Manu del Moral que le pisó el terreno a Miguel. Hiperactivo Miku por su pasado valencianista, emprendió un duelo precioso con Dealbert que empezó ganado el venezolano, aunque el castellonense fue de menos a más y acabó superándole.
El Getafe perdió precisión tras el descanso. Y un mal pase de Parejo lo cazó Silva en la zona de tres cuartos del campo. Zona mortal para el contrario cuando el grancanario dispone de espacio y de tiempo para levantar la cabeza. Su pase en profundidad fue un presente que Villa no podía desaprovechar. Le picó el balón enroscado al meta Codina. Un golazo para celebrar su posición en el Everest de la tabla de goleadores, ya por encima, con 17 tantos, de Messi.
Alexis asumió entonces todo el protagonismo: para bien, al sortear una lesión que parecía grave tras doblarse escandalosamente el tobillo; y para mal, propiciando su expulsión en una falta a Pedro León al borde del área. Emery entendió que había que plegar las velas y dio paso a Maduro para que ocupara el agujero de Alexis, aunque en el lateral diestro, cambiando a Miguel a la izquierda.
Míchel castigó a Parejo con la ducha y reforzó el ataque con Albín. Pedro León se cambió de extremo y desplumó a Maduro a las primeras de cambio. Su tirazo envenenado lo sacó César con la yema de los dedos. La defensa valencianista se quedó protestando unas supuestas manos de Albín que dieron paso al gol de Manu del Moral, solo ante César. Mata y Silva durmieron el partido con sus quiebros infinitos y el portero César lo acabó de anestesiar lanzándose al suelo cuando lo necesitaba y cuando no. Villa, ya en el banquillo, respiró tranquilo. El hat trick podía esperar.
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