Sin Splitter pero con San Emeterio
El Caja Laboral abusa de un decepcionante Bilbao Bizkaia
No hubo derbi, ni emoción , ni debate más allá del que protagonizaron las dos aficiones en los minutos previos al salto inicial. El partido entre vecinos resultó un fiasco en lo que a competencia se refiere y no hubo más equipo en la cancha que el vitoriano. No jugó Splitter, ni falta que hizo, porque ante la ausencia de su pilar más importante y con las dudas sobre el efecto que esto iba a producir, el Caja Laboral respondió con grandeza. Salió a por el partido desde el principio y sólo aflojó cuando el pase a semifinal era ya un hecho. Esto se produjo cuando faltaban trece minutos para el final del partido (38-60) lo que da idea de la diferencia de acierto, ánimo, recursos y entereza que se produjo entre los dos equipos.
Al enemigo ni agua, y si es de Bilbao, menos. Eso debieron pensar los jugadores del Caja Laboral que sometieron sin ningún tipo de miramientos a sus rivales más próximos ante el delirio de su afición. Salieron enchufadísimos, como queriendo dejar claro desde el principio que la baja de Splitter no les iba a influír, al menos en el aspecto anímico. A la cabeza de las operaciones, un jugador que crece sin parar y cuya ética de trabajo y juego resulta de enorme valía cuando llegan tiempos difíciles. San Emeterio estuvo imperial, se echó desde el principio el equipo a su espalda y por momentos pareció que sólo jugaba él. Lo mismo cogía un rebote, daba una asistencia, metía un triple o entraba a canasta con fiereza. Esto fue lo tangible y estadísticamente probado. Pero el alero del Caja Laboral fue mucho más allá. Se hizo dueño del partido, lideró a sus compañeros y enloqueció a su afición, que a la vista de la exhibición que estaba dando, no cesó de gritar MVP, MVP.
De la mano de un iluminado San Emeterio y aprovechando bien la superioridad de centímetros de Barac, los vitorianos pusieron tierra por medio cuando todavía los jugadores del Bilbao Basket no se habían enterado de nada (9-20). La victoria en Madrid del pasado domingo parecía que iba a reactivar definitivamente una plantilla que puede dar mucho más de sí, pero el equipo bilbaíno volvió a las andadas. No ayudó mucho la decisión de Katsikaris de dejar de inicio a Banic en el banquillo. Es verdad que los partidos duran cuarenta minutos, pero en muchas ocasiones empiezan a decantarse en las primeras acciones. Todas ellas favorecieron al Caja Laboral, que con la confianza que les dio tan favorable inicio, empezaron a crecer. A San Emeterio y Barac se les unió pronto Teletovic, una noche más convertido en un diablo de tirador y que cada vez es capaz de enchufarla de más lejos. Cualquier día terminará tirando de 10 metros. Esta tripleta resultó suficiente para que la dinámica mostrada en los primeros minutos se mantuviese prácticamente durante todo el partido. Sólo al final del segundo cuarto y coincidiendo con la presencia en cancha de la segunda unidad del Caja Laboral, el BBB pudo hacer soñar a su gente (26-30).
El espejismo duró hasta la vuelta de descanso. Banic se volvió a quedar en el banquillo y los vitorianos, con San Emeterio otra vez de general, endosaron un 0-9 que ya no tuvo respuesta. El resto solo sirvió para que hubiese tiempo para una labor de maquillaje por parte de los bilbaínos pero que no hizo desaparecer la sensación de una abrumadora superioridad del Caja Laboral ante un decepcionante Bilbao Basket. A veces la Copa no hace milagros y confirma lo que enseña la clasificación de la Liga.
Récord de asistencia
14.417 aficionados llenaron las gradas del BEC en el partido de cuartos de final entre Bizkaia Bilbao Basket y Caja Laboral, haciendo del duelo el más concurrido de la historia en un partido de Copa del Rey. Las gradas del nuevo coliseo vizcaíno han rebasado la mejor marca que databa de la edición de 2006 en Madrid cuando, en los partidos de cuartos de final, semifinal y final, se alcanzaron los 13.400 asistentes al pabellón madrileño que en aquella ocasión fue la sede del torneo copero.
El recinto que alberga la copa esta edición tiene también el récord absoluto de asistencia a un partido de la ACB con 15.414 espectadores en un partido entre Bilbao Basket y Baskonia en la fase regular de la temporada 2006-07. Además el Bizkaia Arena también ostenta el récord de asistencia en una Supercopa ACB, con 12.200 personas, en la final disputada en 2007 entre el conjunto bilbaíno y el baskonista.
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