Bjoerndalen, el más grande, falla el tiro

Era de nuevo el gran favorito. Cumplió el pasado 27 de enero los 36 años, una edad aún aceptable para los fondistas, pero Ole Einar Bjoerndalen es también un gran tirador y parecía mantener firme el más difícil pulso tras los esfuerzos del esquí. Uniendo sus dos calidades se convirtió en el mayor especialista de biatlón de todos los tiempos. Lo ha ganado todo y sólo sigue para aumentar todavía más su leyenda.de nueve medallas olímpicas, cinco de oro. Pero en su primera prueba, no pudo.

Sorprendentemente, un hombre como él, que aún mantiene un 85% de precisión en los disparos con la carabina tumbado, falló tres de los cinco en la primera tanda en los 10 kilómetros sprint. Se fue a un extraño puesto 17º y dejó el oro al francés más inesperado, Vincent Jay.

Bjoerndalen llegaba incluso como líder de la Copa del Mundo de la temporada en la prueba, pero con las penalizaciones por los errores supo ya a los pocos kilómetros de comenzar que no subiría al podio. Recuperó tras tirar de pie, pero era imposible incluso acercarse a los primeros puestos. Conseguir su décima medalla olímpica debe esperar. Porque ya es un sueño repetir hazañas como sus cuatro oros de Salt Lake City 2002, tras el primero de Nagano 98, donde sumó también una plata. Los otros dos segundos lugares, y un bronce, fueron en Turín 2006. En Salt Lake City, su momento mágico, se permitió además ser quinto en los 30 kilómetros de esquí de fondo, para rodarse. Un alarde insólito.

A finales de 2008 enfermó y pareció su final. Pero en 2009 volvió a arrasar en los Mundiales, donde ha sumado unos asombrosos 14 oros, 10 platas y nueve bronces. De nuevo estaba preparado para el asalto olímpico desde su base austriaca donde vive junto a su mujer, también biatleta, la italiana Nathalie Santer. Allí, en Obertilliach tiene su pista privada y un pabellón de tiro para entrenarse.

Bjoerndalen también ha batido todos los récords de triunfos en pruebas del circuito de la Copa del Mundo. Lleva 87. Sólo busca acercarse a las 12 medallas de su compatriota y fondista Bjorn Daehlie, recordman de medallas invernales, ocho de ellas de oro.

Pero la sorpresa en los 10 kilómetros de Vancouver no sólo fue el fallo de Bjoerndalen, sino el triunfo del francés Jay y el bronce del croata Jakov Fak, sólo 68º en el ranking de la temporada. Jay apenas iba el 40º y se esperaba a su compatriota Simon Fourcade, cuarto en la Copa del Mundo de la prueba y líder, incluso, de la general de todas las del programa del biatlón. Pero Fourcade se perdió mucho más que Bjoerndalen hasta un horroroso puesto 71º, curioso capicúa con el noruego. Francia, en cualquier caso, demostró su categoría ya contrastada en los últimos años frente al dominio alemán y nórdico.

Noruega se tomó la revancha con la plata de su otro biatleta destacado, Emil Hagle Svendsen, quinto en la temporada. Pero nunca será Bjoerndalen.