"Un error humano"
La organización defiende la pista de luge tras la muerte de Kuramitashvili aunque acorta la distancia para disminuir la velocidad de los participantes
"Error humano". La culpa fue del georgiano Nodar Kumaritashvili. La Federación Internacional de Luge (FIT) concluyó con este rotundo resultado su rápida investigación sobre el accidente que le costó la vida el viernes al georgiano de 21 años. Tras haber homologado la pista de Whistler según sus baremos, difícilmente podía ser de otra manera. Sin embargo, la propia FIT decidió para las dos mangas iniciales de la final individual masculina cambios significativos. Acortar la distancia para evitar tanta velocidad en la bajada y subir el muro de la última curva en que se salió Kumaritashvili y voló hacia el poste metálico y hacia la muerte. Macabra contradicción. Al menos, no hubo accidentes ya en las dos primeras mangas disputadas de la final individual que terminará hoya con otras dos.
El Comité Olímpico Internacional deja las manos libres a las distintas federaciones internacionales de los deportes las decisiones sobre los acontecimientos que les atañen. Sólo interviene al máximo nivel cuando el escándalo o lo sucedido desborda los límites. Tras las lamentaciones lógicas se repite la historia. El espectáculo debe continuar.
Quien anuncia en comunicados las competiciones como "el deporte más rápido sobre el hielo se prepara para la pista más rápida del mundo", lo que se hizo para el luge en Whistler, juega en el filo de la navaja. En el Whistler Sliding Center se esperaba llegar a velocidades como los 155 kilómetros por hora para batir los 154 ya cronometrados. Ni el supercampeón Armin Zöggeler, gran favorito y curtido en mil bajadas al límite, se libró de perder el control de su trineo, aunque sin males mayores.
Las dos primeras mangas de las cuatro del luge masculino se redujeron para la tarde-noche de ayer desde sus 1.374 metros originales a los 1.198 de las mujeres. Ya no se vieron los postes y no hubo accidentes. Zöggeler, como coartado, sólo fue tercero tras los alemanes Felix Loch y David Möller. La velocidad se redujo. Un muro más alto protegió la curva Thunderbird (irónicamente pájaro de trueno) en la que no debió volar Kumaritashvili. Pero voló. "No hay indicación alguna de que el accidente fuera causado por deficiencia de la pista", se lavó las manos la FIT.
Udo Gurgel, uno de los constructores de la pista dijo el viernes: "Hay una regla de oro en el luge. Si te caes del trineo, sigue estirado para que el centro de gravedad del cuerpo permanezca bajo". Kumaritashivili lo sabía, incluso estaba nervioso antes de la bajada, según se ha sabido. Viendo las imágenes de la tragedia parece un tanto complicado controlar cualquier centro de gravedad en esas condiciones. Y los postes para cubrir la pista estaban ahí. Cometió un error humano, según la organización.
Lo mismo opinó una de las leyendas de la modalidad, el alemán y triple campeón olímpico, el alemán Georg Hackl. "Fue un pequeño error de pilotaje", dijo. Su compatriota Wolfgang Staudinger, técnico del equipo canadiense, fue incluso más allá. "No es una cuestión de la pista. Hemos tenido problemas como éstos antes. Sucede cuando bajan pilotos de poco nivel. Todos deben saber que el luge no es una broma". Y añadió: "La FIT tiene que poner unas reglas de clasificación mucho más estrictas para que hechos como éste no vuelvan a suceder".
Aplazado el descenso
La mala suerte también fue meteorológica y se confirmó a la primera para el esquí alpino. El descenso masculino, según hacían presagiar los pronósticos, tuvo que suspenderse. La nieve estaba impracticable tras la lluvia caída y el viento. Se reprogramó para el lunes. También se retrasaron los descensos femeninos.
La única contenta fue la estadounidense y gran favorita de las pruebas de velocidad, Lindsey Vonn, que así tiene más tiempo para recuperarse de su lesión de tibia, tras un enganchón con el esquí durante una de las últimas pruebas del circuito de la Copa del Mundo, que lidera y que lleva camino de ganar por tercera vez.
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