No sopla a gusto de todos
El Alinghi prefiere vientos débiles; el Oracle, vientos fuertes. Y la Copa del América sigue sin empezar
Es jueves. Y la 33ª Copa del América, cuya primera regata estaba prevista para el lunes 8, sin empezar. Las condiciones meteorológicas, inestables e impredecibles en el mes de febrero, y la magnitud del campo de regatas, siete veces mayor al de la anterior edición, condicionan el inicio de las regatas. Y eso sin contar que como los veleros del Alinghi y el Oracle son diferentes a cada uno les beneficia unas condiciones de viento distintas (vientos más suaves para el equipo suizo, y más fuertes para el estadounidense). Tras más de dos años y medio de enfrentamiento en los tribunales, aún hoy los equipos encuentran motivos para la disputa. Nunca sopla a gusto de todos.
El lunes, con los dos barcos ya preparados junto a la línea de salida desde antes de las diez de la mañana, la primera manga de esta atípica Copa del América tuvo que suspenderse horas después. Soplaba demasiado poco viento en la línea de salida: apenas dos nudos. Y aunque en otras zonas del campo de regatas el viento alcanzara los diez y hasta 14 nudos, no se consideró que las condiciones fueran los suficientemente estables para navegar. Ayer miércoles, el problema fueron los fuertes vientos y el oleaje. Esta vez, los barcos ni siquiera soltaron amarras. Soplaba fuerte el viento, que debe estar entre los 5 y los 15 nudos, según las instrucciones de regata, para poder competir. Pero, sobre todo, la salida se desaconsejó porque había olas de hasta dos metros. ¿Es que unos veleros fastuosos que han costado más de 100 millones de euros y miden más de 60 metros de altura no pueden hacer frente a olas de un metro? Al parecer, no.
"Las olas eran muy poderosas. No creo que los barcos pudieran soportar condiciones de oleaje tan vigorosas", explicó Harold Bennett, director de regatas. Joan Vila, navegante catalán del Alinghi, insistió en que estos veleros no están pensados para condiciones de mucho oleaje, en parte por las velocidades que alcanzan, entre 30 y 40 nudos: "Estos multicascos contra olas de un metro son como un monoplaza de Fórmula Uno en una pista llena de baches". Claro que no opinan lo mismo en el Oracle. "Creo que a las diez probablemente hubiéramos podido efectuar una salida", decía también ayer, tras la suspensión definitiva de la prueba, James Spithill, caña del barco estadounidense. El Alinghi navega mejor, supuestamente, con vientos débiles; el Oracle, con vientos fuertes y de través. De ahí las diferencias. Aunque Spithill no quiso encender los ánimos: "No es culpa de nadie, sólo del tiempo".
"El problema es el campo de regatas", explicaba el director de la regata. Encontrar condiciones favorables para la regata en un campo de 400 millas es una tarea más que complicada. Puede haber condiciones totalmente diferentes en la línea de salida y mar adentro, como ocurrió el lunes. Y además, nadie quiere arriesgar. La delicadeza de estos multicascos hace que la seguridad sea un aspecto primordial a tener en cuenta. Nadie quiere romper. Se acabaría la Copa. Sin olvidar que navegar en febrero, cuando el tiempo cambia tanto de un momento a otro, también dificulta las cosas. "En una regata costera es difícil tener 20 millas con un viento constante. Esto no pasa porque estemos en Valencia, pasaría lo mismo en California o en Ras Al-Jaima", explicó Ruiz de Elvira, diseñador del Oracle. En las últimas tres semanas, Bennet sólo encontró 5 o 6 días buenos para navegar. "Cuando vinimos aquí ya dijimos que deberíamos tener mucha paciencia", aseguraba ayer. Falta que además sean días hábiles, pues los equipos han dispuesto un día de descanso, como el día de hoy, entre cada día previsto para la regata. El martes, por ejemplo, hubiera sido un gran día para navegar. Pero los equipos descansaban. Lo dicho: nunca sopla a gusto de todos. Y mañana viernes, día previsto para la tercera intentona, las condiciones meteorológicas serán también extremas, según las primeras predicciones.
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