Javi Márquez descuajeringa al Athletic
El medio centro del Espanyol tiene para todos y borra a un Athletic de lo más rácano
El Espanyol ha encontrado en Javi Márquez a un futbolista demoledor. Juega y hace jugar el medio centro de la cantera, de cabeza fría y zurda precisa. Les alcanzó ayer a los blanquiazules con Márquez, que descascarilló al insulso Athletic, rácano en su propuesta y espeso en el juego.
El Athletic entró al campo con el pie izquierdo. Dos pelotas divididas le marcaron. Impetuoso y poco racional, Gurpegui acudió a un balón aéreo en tierra de nadie para despejarlo. Pero no dio preferencia a quien iba de cara y Ustaritz se llevó una cabezazo terrorífico que acabó con una cicatriz de sangre abundante y un vendaje aparatoso. Otra pelota dividida la despejó Víctor Ruiz, que dejó después la plancha del pie y contactó con Yeste, que se llevó un agujero en la media y una hinchazón en el tobillo que le privó de continuar sobre el césped. De buenas a primeras. Remató el infortunio Gurpegui, que tras un salto se torció el pie en el aterrizaje. Esta vez, sin embargo, todo quedó en un susto. Todos los incidentes, en cualquier caso, le sirvieron al Athletic para romper el ritmo, reticente como era a que rodara la pelota.
ESPANYOL, 1; ATHLETIC 0
Espanyol: Cristian; Chica, Pareja, Víctor Ruiz, Didac; Baena, Javi Márquez; Luis García, Verdú (Roncaglia, m. 89), Callejón (Corominas, m. 66); y Osvaldo (Iván Alonso, m. 80). No utilizados: Javi Ruiz, Pillud, Marqués y Ben Sahar.
Athletic: Iraizoz; Iraola, Ustaritz (Muniain, m. 59), Amorebieta, Koikili; Gurpegi, Iturraspe, Orbaiz, Yeste (Susaeta, m. 17); Llorente y Toquero (De Marcos, m. 64). No utilizados: Armando, Castillo, Santamaría y Gabilondo.
Goles: 1-0. M. 58. Javi Márquez dispara y Luis García recoge el rechazo de Gorka.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Mostró la cartulina amarilla a Amorebieta, Javi Márquez, Baena, Corominas, Chica, Cristian e Iraizoz.
Cornellà-El Prat. 25.110 espectadores.
El Athletic se atornilló en Cornellà-El Prat con la idea de no jugar al fútbol
Márquez, aunque le cuesta aguantar la posición, con el balón es un primor
Hace ya sus jornadas que el equipo de Caparrós se conforma con el puñado de buenos partidos que realizó a principios de la temporada. Ahora sólo propone encuentros a una jugada. Si la convierte, bien. Y si no, pues también. Así, se atornilló en Cornellà-El Prat con la idea de no jugar al fútbol. Por lo menos a ese que consiste en rasear el cuero, mantener la posesión de la pelota y atacar el flanco contrario. Se dedicó de pleno, entonces, a la fase defensiva. Abotonó el área, aunó las líneas y apostó por un encuentro en espacios reducidos. Le salió bien porque el Espanyol no mete goles ni a la de tres, ni si le colocaran esa famosa portería que anuncia una marca cervecera y que defiende Iker Casillas.
El entramado defensivo blanquiazul funciona con solvencia desde hace tiempo, por más que a cada semana Pochettino saque a un nuevo canterano. Con el de ayer (Didac), ya ha estrenado a siete. El enredo está en el área contraria, donde antes merodeaba Tamudo -una vez más en las gradas-, y donde se pierden sin remisión Iván Alonso, Luis García, Callejón y Osvaldo. Así que aparece Javi Márquez, un medio centro con mucho fútbol. Aunque le cuesta aguantar la posición, con el balón en los pies es un primor. Cambios de orientación, conducciones soberbias, regate y un latigazo de los de aúpa. Lo probó Gorka Iraizoz -ovacionado por la sensacional Copa de la UEFA que realizó como periquito hace tres temporadas- por dos veces. Las mismas que desbarató de forma majestuosa, sacando dos brazos al estilo Inspector Gadget.
Siguió por los mismos derroteros el segundo acto, con el Athletic por los suelos -Ustaritz se llevó un manotazo en la nariz, Susaeta un bocadillo en el muslo- y falto de ímpetu, con Llorente y Toquero hastiados de correr para no tocar balón. El portero Cristian -Pochettino no incluyó a Kameni en la lista tras su participación en la Copa de África- resultó un figurante. Por lo que el Espanyol, más brioso sobre el césped y atildado en su juego desde que comenzara el año, atacó sin complejos. Como ese remate de Verdú que besó el palo. Pero fue Javi Márquez quien apretó el detonador. Cazó un centro de Callejón, se acomodó el balón y soltó un nuevo siempre, pero la pelota, rebelde, regresó al campo y el oportunista Luis García lo empujó a gol con la puntera.
También tuvo su momento el Athletic. Iturraspe quebró dos cinturas y le cedió el esférico a Susaeta, que remató a puerta con el pie torcido y se conformó con una transformación de rugby. Era la jugada que buscaba el Athletic. La falló y se acabó el partido. Márquez ya lo había resuelto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.