La Copa tendrá que esperar

El Lagun Aro no pudo reeditar la proeza del pasado año ante el Caja Laboral en su pabellón. El conjunto alavés se impuso con relativa comodidad, (83-92), en el primer derbi vasco, de este recién estrenado año 2010. Con un baloncesto muy efectivo y completo en todas sus facetas, el Caja Laboral logró una meritoria y clara victoria, a pesar del empuje final del conjunto guipuzcoano en el último cuarto. Tras esta derrota, el conjunto blanquiazul se aleja de su sueño copero, aunque se aferra a su última opción, con una obligada victoria en su visita a la pista del Fuenlabrada, en la última jornada de la primera vuelta.

El conjunto de Dusko Ivanovic dominó, de principio a fin, el marcador, vivió de cómodas diferencias y no vio peligrar el resultado, a pesar de la insuficiente reacción del conjunto blanquiazul en el último cuarto al acercarse a siete puntos (81-88) a falta de 34 segundos. El equipo baskonista rompió el partido en el segundo cuarto con una férrea defensa y remató la faena en el tercer parcial, merced al acierto del escolta canadiense Carl English con 13 puntos.

De nada sirvió, el excepcional encuentro de Andy Panko, firmando una valoración de 36 y una inmaculada estadística con 24 puntos, -máximo anotador-, 12 rebotes y 3 asistencias. Su esfuerzo y liderazgo no encontró con el apoyo del ala- pivot Ignerski, muy desdibujado con único triple convertido, ni con el escolta Barbour, que despertó a destiempo con 13 puntos en el último periodo del encuentro.

El Caja Laboral llega al ecuador de la primera vuelta instalado en la segunda plaza en solitario y, tras seis victorias consecutivas, ha salido a flote, pidiendo paso, entre los dos poderosos Barcelona y Real Madrid. En San Sebastián ofreció la imagen de un equipo poderoso, con buenos fundamentos y elementos. Desde la dirección con Huertas y Singletary, el peligro en el juego interior, con su líder y capitán Thiago Splitter y el acierto letal en el tiro exterior, de los enrachados Teletotiv y English.

Ante ese potencial, el Lagun Aro intentó buscar la sorpresa en la cancha, desde el llamamiento al esfuerzo, a la casta y a la concentración. Con esas armas aguantó el primer cuarto, con una honrosa desventaja de cinco puntos (18-23). Un sueño que se convirtió en espejismo, en el segundo cuarto, con un demoledor parcial 9-23, del que ya no se sobrepuso el Lagun Aro, que no se rindió en el último periodo, con la aportación en puntos de Barbour, Hopkins, Miralles, pero el desacierto en el tiro exterior imposibilitó la remontada del conjunto guipuzcoano.

El premio por jugar la Copa pasa por ganar en Fuenlabrada y esperar el fallo encadenado de Manresa, Unicaja y Xacobeo. Díficil pero no imposible.