Delicada tendencia a la vulgaridad
El Sevilla se atasca y vuelve a empatar en casa, ahora ante un ordenado Valladolid
La impericia luce en el Sevilla. Primero, en cada decisión tomada por el entrenador Manolo Jiménez, quien no supo leer la ausencia de Zokora y le dio el mando del juego a dos futbolistas sin prestancia ni ritmo para ello, Lolo y Renato. Se lució también el técnico al meter en el campo a Koné por Negredo, al situar a Sergio Sánchez en el lateral sin razones aparentes y en definitiva al no dotar a su equipo del espíritu necesario para ganarle el partido a un Valladolid que jugó con uno menos desde el minuto 39 de la primera mitad. Da la sensación a veces de que al técnico le viene grande este Sevilla, con la mejor plantilla de la historia según muchos analistas, algunos pertenecientes a la misma casa. Si este equipo está diseñado para ganar la Liga, o al menos ser alternativa a Madrid y Barcelona, es lamentable que ante Málaga y Valladolid no juegue a nada, ofreciendo una imagen lamentable y provocando la desolación en la grada .
Sevilla 1 - Valladolid 1
Sevilla: Palop; Sergio Sánchez, Squillaci (Konko, m. 46), Dragutinovic, Fernando Navarro; Jesús Navas, Lolo (Romaric, m. 46), Renato, Perotti; Luis Fabiano y Negredo (Koné, m. 77). No utilizados: Javi Varas; Marc Valiente, Duscher y Capel.
Valladolid: Justo Villar; Barragán, Luis Prieto, Nivaldo, Marcos; Pelé, Álvaro Rubio (Arzo, m. 77), Borja, Canobbio (Baraja, m. 90); Manucho (Nauzet, m. 46) y Diego Costa. No utilizados: Fabricio; Yuri, Bueno y Mendujanin.
Goles: 0-1. M. 33. Manucho. 1-1. M. 47. Luis Fabiano, de penalti.
Árbitro: Pérez Burrull. Expulsó con roja a Borja tras una entrada sobre Perotti (m. 39). Amonestó a Diego Costa, Nivaldo, Pele, Navas, Dragutinovic, Luis Fabiano y Romaric.
40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Jugando al trote, y sin futbolistas como Zokora o Kanouté, resulta complicado ganarle al Valladolid. Si esta plantilla es la mejor de la historia, no caben recambios como Koné, que quedó retratado en dos acciones puntuales en la segunda mitad. El resultado, indignación en la afición y dos empates consecutivos en casa que alejan al Sevilla de la grandeza. El equipo ha entrado en una fase de vulgarización evidente y a todas luces innecesaria. La falta de juego del Sevilla vino además acompañada del orden y el sentido táctico del Valladolid entrenado por José Luis Mendilibar. Mejor en muchas fases que su rival, se adelantó en el marcador con un golazo de Manucho y se mantuvo con dignidad cuando tuvo que fajarse con uno menos.
Y eso que el protagonista del Sevilla en la primera parte fue a todas luces inesperado. Se trató de Alfonso Pérez Burrull, que contribuyó a despertar a un equipo muerto, con un juego pésimo y una colocación y actitud en el campo desconcertantes. Pérez Burrull echó a Borja en el minuto 39 por una entrada que debió quedarse en amarilla y a partir de ese instante el Sevilla comenzó a ser el que fue durante tantos encuentros. Por primera vez en todo el partido presionó en la línea de creación del Valladolid y lucieron sus individualidades, como en un jugadón de Navas dentro del área. Marcos hizo un claro penalti y Luis Fabiano estableció el empate.
Si bien el Sevilla gozó de hasta tres claras ocasiones para llevarse la victoria, nunca fue el equipo que asalta a su rival hasta desarbolarlo. Lo intentó Jiménez con Romaric, para luego incluir a Koné, incapaz en todo momento. Si se buscan excusas en esas oportunidades falladas, mal asunto. Lo conveniente es un análisis profundo.
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