El Athletic juega a favor de corriente

Con un punto, suficiente. La renta mínima de un empate ante el Austria, en el Franz Horr Stadion de Viena, pasaportaría mañana al Athletic (19 horas. Tele 5) a los dieciseisavos de final de la Liga Europa y, de paso, a la tranquilidad para encarar los compromisos de Liga.

Instalados en un reconocido estado de gracia, donde se conjugan resultados y estímulo recuperado, el Athletic juega a favor de corriente un partido donde la angustia está en el bando contrario. El Austria sabe que ni siquiera la victoria en los dos encuentros que le aguardan puede clasificarse. Bajo este desequilibrio emocional, los rojiblancos quizá teman mucho más los efectos del frío. Eso sí, la imagen meteorológica dista mucho de la vivida aquel 16 de febrero de 2005, en la que aquel Athletic de Lamikiz y Valverde se encontró con una ciudad nevada y un terreno de juego en lamentables condiciones, que provocó la suspensión ante la indignación de los aficionados rojiblancos.

Este Athletic no se parece en nada a aquel de Lamikiz y Valverde en Viena

Ahora todo es distinto en el Athletic a pesar de que vuelve a enfrentarse al Austria, en Viena. Macua, a diferencia de Lamikiz con Txingurri, confía ciegamente en Caparrós, hasta el extremo de que nadie en Ibaigane se atreve a negar que la renovación del técnico andaluz está cada vez más cerca. Con la racha alcista del equipo, el actual presidente tiene en su mano el privilegio de cumplir todo su primer mandato con el mismo entrenador. Es, sin duda, un reclamo de indudable estabilidad a la hora de pensar en una venidera candidatura a la reelección.

Además, Macua no se olvida de los golpes efectistas con visión de futuro que supone renovaciones como la de Muniain, después de haber atado a Llorente y no jugarse la estabilidad del vestuario dándole continuidad a Pablo Orbaiz.

En este estado se hace más fácil entender cómo el Athletic ha encontrado la fórmula para fortalecer su presión en el centro del campo y coordinar el trabajo defensivo, auténtico talón de Aquiles durante demasiados partidos. Un engranaje que se volverá a repetir ante los austriacos con la tranquilidad que supone no estar obsesionados por la suerte del marcador. Precisamente como símbolo de este estado de confianza, que permite conjugar un equipo con visión de futuro, Caparrós piensa alinear a Muniain y De Marcos, dos jugadores con registros positivos cada vez que juegan en Europa. Hoy lo harán en un campo que recordará a una de sus leyendas, el uruguayo Alberto Martínez, fallecido a los 59 años de un ataque al corazón.