Villa resuelve un ejercicio paciente
A la selección española le llevó casi una hora batir a un organizado y combativo Irak
De forma paciente, España ganó un partido que presentó más complicaciones de las anunciadas. Aunque el sufrimiento le resultó soportable, no fue nada fácil doblegar a Irak. El equipo de Milutinovic fue especialmente exigente con la roja. El viejo Bora se las sabe todas, y con quince entrenamientos y un puñado de futbolistas entregados a la causa de defender a su país con una pelota, plantó cara al campeón de Europa. A España le valió con un cabezado precioso de Villa, una acción que le sirvió para redimirse después de una actuación contradictoria . El Guaje está y no está, sólo así se entiende que un delantero con su instinto goleador perdonara ocasiones que parecían francas. El trabajo de los futbolistas españoles, en cualquier caso, fue muy loable ante una dignísima selección iraki que peleó hasta el final por el punto que buscaba.
España 1 - Irak 0
España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Marchena, Piqué, Capdevila; Xabi Alonso, Xavi (Busquets, m.80), Cazorla (Silva, m.66), Mata; Fernando Torres y Villa (Guiza, m.74).
Irak: Mohammed Kassid; Salam Shaker, Mohammed Ali, Fareed, Ali Hussein, Basem Abbas; Muayad Khalid, Nashat Akram, Samer Saeed (Kareem, m.59), Hawar Mulla (Karrar Jasim, m.69); y Alaa Abdul (Mahmoud, m.79).
Gol: 1-0, m.55: Villa.
Arbitro: Matthew Breeze (AUS). Mostró cartulinas amarillas a Xabi Alonso (36), Marchena (52) por España, y a Basem Abbas (28) por Irak.
Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada del Grupo A de la Copa Confederaciones, disputado en el Free State Stadium de Bloemfontein ante la presencia de 28.000 espectadores.
Movimientos propios de los equipos trabajados, buenas coberturas, basculaciones ordenadas, excelente presión en la situaciones de superioridad y técnicamente exquisitos. Irak disputó el partido sin concesiones desde el inicio hasta el final. Ya lo avisó su entrenador: los iraquíes ya no le temen a nada. Trabajadores y solidarios, los chicos del serbio Milutinovic pelearon como acostumbran los que no tienen nada que perder y no se achican. No se puede jugar con mayor honestidad. Dicen que no hay un solo jugador de la selección que no haya perdido a un familiar en la guerra. Partiendo se esa base, el 1-0 final es una deportiva lección al mundo.
Es difícil, en cualquier caso, que Milutinovic utilice más defensas en una misma alineación. Ayer mandó al campo a cinco, consciente de que no tenía otra solución que bloquear el paso a los españoles. Y, por delante, añadió una segunda línea de cuatro, para rematar la formación con un punta, el clásico palomero. Y a esperar a España, que cambió caras respecto al debut, pero no tocó el dibujo. Del Bosque mantuvo la columna vertebral y sólo cambió a los dos centrales, dando entrada a Piqué y Marchena, y a los dos volantes, Cazola y Mata, que se estrenó como titular en su segundo partido internacional. El resto, los mismos jugadores que arrasaron a Nueva Zelanda en el debut africano. Como era de esperar, España tocó y retoqueteó, pero no consiguió crear jugadas de superioridad en las bandas y rebotó con terquedad en la frontal, buscando en exceso a Torres, atrapado por una tela de araña. El Niño no marcó, pero evidenció que, además de gol, tiene fútbol porque no paró quieto. El problema español fue que no encontró las bandas y a Xavi, falto de socios, le costó dar con la línea de pase. Por la izquierda, Capdevila y Mata sólo cuajaron una vez, aunque fue la del gol, mientras que Ramos se activo por la derecha. Puesto que Irak mantuvo el orden y contuvo las emociones, España tuvo menos ritmo que de costumbre, generó pocos espacios y las oportunidades resultaron más escasas. Villa marró las más claras y metió también el gol. Tanto le costó llegar a España que antes del descanso sólo contó una ocasión clara a la salida de una falta y después de un rebote. Esforzados y concentrados, los iraquíes sólo se vencieron a poco de iniciarse la segunda parte después de una buena jugada de los españoles. El mérito del equipo de del Bosque fue su paciencia. Nunca le atacaron los nervios pese a que le costó más que de costumbre marcar las diferencias. El fútbol fue más continuo en la segunda parte y la victoria se daba por descontada.
La respuesta de Irak al gol de Villa fue admirable. Reaccionó con valentía y hasta se acercó al marco de Casillas ante el jolgorio de una hinchada que acabó por llenar la grada seguramente porque la organización abrió las puertas del estadio. Al final, hasta los centrales subieron al remate de un córner en busca del empate. A su manera, Irak también ganó el partido, y así lo entendió España, semifinalista a un partido del récord de victorias de Brasil.
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