"Me siento capaz de casi todo"
El ex presidente del Real Madrid Florentino Pérez reconoce que su marcha en el 2006 "fue un error"
Se abrieron las cortinas de la puerta trasera del Salón Real del hotel Ritz y apareció Florentino Pérez. Lo primero que dijo fue que presentaba su candidatura a la presidencia del Real Madrid para "crear un modelo de organización blindado contra las irregularidades", en referencia al trienio de Ramón Calderón, al que, veladamente, señaló como un gestor poco transparente. Acto seguido, Florentino Pérez prometió que su proyecto deportivo es "espectacular", calificativo que empleó cinco veces a lo largo de su comparecencia ante la prensa, que duró casi dos horas. El empresario, presidente de la multinacional de la construcción y los servicios ACS, trazó la idea básica de su plan en el campo futbolístico. Consiste en hacer la mayor inversión en fichajes de la historia del club en un mercado de verano. Si sus afirmaciones genéricas se traducen en realidades concretas, el gasto en fichajes podría ascender a más de 200 millones de euros.
"Hay que dar un golpe de autoridad", señaló, en referencia a la incapacidad demostrada por la actual plantilla para competir entre los grandes de Europa. "No podemos seguir en esta situación ni un minuto más. Tenemos que trabajar para competir con el Barça, con el Manchester y el Chelsea. Con este fin debemos hacer una fuerte inversión este año para intentar recuperar el tiempo perdido. Los socios saben que el club tiene que hacer un esfuerzo económico para hacer en un año lo que normalmente deberíamos haber hecho en tres".
Preguntado por si tenía algún "as en la manga", en referencia a una fuente de financiación equiparable a la Ciudad Deportiva de la Castellana en 2000, Florentino Pérez hinchó el pecho. "Lo que mejor se me dan son los números y yo confío mucho en mí", dijo. "¿Que si pagaré 100 millones de euros por un jugador? Estamos en un momento difícil de la economía mundial. Pero hasta ahora, el que más ha pagado por un jugador he sido yo. Hasta la fecha, desde el año 2000, no he visto a nadie que pague lo que yo pagué [80 millones de euros por Zidane a la Juve]"
El hombre que alcanzó la presidencia del Madrid en 2000 gracias a que fichó a Luis Figo, que entonces militaba en el Barcelona, se resistió a descartar que volverá a repetir el mismo movimiento. Si el presidente del Barça, Joan Laporta, lo escuchó bien, seguro que experimentó una gran inquietud. "No recuerdo si dije eso [que no volvería a fichar un jugador del Barça]", declaró. "Pero cuando uno hace uso de su cláusula de rescición está cumpliendo con su contrato estrictamente. A Makelele yo lo fiché y lo cuidé, pero él quiso irse y se fue".
"Que en el Madrid deben jugar los mejores del mundo y que se ponga el acento en la cantera no es el proyecto de Florentino Pérez", dijo. "Es lo que yo he visto desde pequeño". La españolización de la plantilla, reclamada desde el propio vestuario por hombres como Iker Casillas, fue un punto que animó al futuro candidato. "Que en el Real Madrid jueguen grandes jugadores no es incompatible con que sean españoles", dijo. "En el Madrid deben estar varios de los mejores jugadores del mundo y de España. Para eso tienen que estar varios de los jugadores de la selección española".
Sobre Raúl, el actual capitán del equipo, y el hombre más representativo y más influyente del club, Florentino Pérez se mostró tibio: "Raúl es un símbolo incuestionable del Real Madrid. Ha batido todos los récords que se ha propuesto. Tenemos la ilusión de que pueda seguir en el club cuando deje de ser futbolista".
Respecto a si fichará a Kaká, a Cristiano Ronaldo, o a ambos, no quiso aclarar nada, salvo que Cristiano "es uno de los mejores jugadores del mundo". Además, admitió que sus contactos con el Milan, el club de Kaká, son continuos puesto que mantiene una gran amistad con el administrador delegado del club lombardo. "Soy íntimo amigo de Adriano Galliani", dijo. "Le he hablado de lo que tengo que hablarle. Y también hemos hablado de fútbol. ¿Y qué voy a decir? A partir de ahora hay que esperar a que convoquen las elecciones".
Además de subrayar que regresaba al club que dejó en 2006 con la misión de recuperar la imagen y los valores perdidos tras un trienio que calificó de "desgraciada historia reciente", en referencia a la gestión de Ramón Calderón, el aspirante hizo cierto acto de contrición. "Fue una decisión equivocada", admitió, sobre su precipitada dimisión como presidente, en febrero de 2006. "No debí irme sin antes asegurar la estabilidad que el Real Madrid necesita".
En 2006 pensé que las personas que me sustituyeron podrían cumplir el mandato hasta las elecciones", explicó, recordando al malogrado Fernando Martín, el presidente al que él nombró como sucesor, y que pronto le decepcionó. "Vi, honradamente, que ese impulso deportivo que necesitaba el equipo se daría mejor si yo me iba y lo hacía otro. Pero no se hizo de una manera adecuada". "Creí que las bases del club serían suficientemente fuertes como para que no se pudiera poner en peligro la imagen que se había labrado", prosiguió. "Creí que nunca pasaría lo que ha pasado desde el punto de vista institucional".
Ante los desafíos de índole deportiva, Florentino Pérez, en 2006, dio un paso al costado. Su gestión no logró cubrir las necesidades deportivas, que cada día fueron mayores, hasta desembocar en una crisis de resultados que duró tres años, entre 2003 y 2006. En ese periodo el Madrid sólo ganó una Supercopa de España. Preguntado por sus palabras de entonces, que hacían referencia a cierto sentimiento de incapacidad, el empresario se revolvió como un tigre herido. "Yo en la vida me siento capaz de casi todo", dijo.
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