El enfado de Mohamed VI con el fútbol marroquí
La ira del monarca, tras la derrota frente a Gabón, motiva el relevo del general de Gendarmería que presidía la federación
Hassan II, el anterior rey de Marruecos, exterminaba a sus generales porque estaban involucrados en intentonas golpistas o le eran desleales. Su hijo, Mohamed VI, prescinde de ellos porque los Leones del Atlas , la selección nacional marroquí, no gana partidos de fútbol. Marruecos perdió, el 28 de marzo, frente al pequeño Gabón (1-2) y esa nueva derrota, que dificulta la clasificación del equipo nacional para el Mundial 2010 y la Copa de África de Naciones, acentuó la reivindicación de la prensa que pedía el relevo del presidente de la Federación Real Marroquí de Fútbol (FRMF). Pese a los desastres futbolísticos la clase política guardaba, en cambio, silencio porque ese presidente es uno de los hombres más poderosos del reino.
El presidente de la federación era nada menos que el general Hosni Benslimane, de 74 años, comandante en jefe de la Gendarmería Real y el militar de más alto rango de Marruecos. Dirigía desde hace 15 años la FRMF con la ayuda de una veintena de oficiales de la Gendarmería incluido otro general de peso, Mokhtar Moussamine.
Benslimane era reelegido presidente periódicamente por aclamación, pero cuando se convocó, a mediados de este mes, una Asamblea General de la FRMF renunció inesperadamente a solicitar un nuevo mandato pese a que, según decían sus amigos, disfrutaba más ejerciendo de presidente futbolístico que de comandante en jefe. Ali Fassi-Fihri, presidente de la empresa pública ONE, fue elegido por unanimidad para sustituirlo.
Solo el rey, se rumoreaba en Marruecos, había podido ordenar a Benslimane que no se represente al cargo. Los primeros en decirlo abiertamente e incluso en escribirlo han sido los periodistas marroquíes. Najib Salmi, el 61, el prestigioso cronista deportivo del diario L'Opinion es el que lo ha contado con más claridad.
Benslimane "ha sido víctima de la ira real", afirma en una entrevista publicada el sábado en el semanario Tel Quel. "El rey siguió el partido Marruecos-Gabón como un hincha y no como un jefe de Estado", prosigue. "Pero es un hincha que tiene el poder de cambiar las cosas mientras que los demás espectadores solo pueden manifestar su enfado en el terreno". El general está "profundamente herido porque se va tras un fracaso".
El juez instructor francés Patrick Ramaël lanzó en 2007 una orden internacional de detención contra el general Benslimane porque este no se presentó como testigo en París en el marco de la investigación que llevaba a cabo sobre el secuestro y posterior asesinato en Francia, en 1965, del opositor marroquí Mehdi Ben Barka. Esa orden impide, en la práctica, buena parte de los viajes al extranjero del comandante en jefe de la Gendarmería.
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