"No me planteo ganar, sólo volver"

El matrimonio Perea tiene una cita en Sevilla este fin de semana. El defensa del Atlético juega este domingo en el Sánchez Pizjuán y su mujer, Digna Luz Murillo, es una de las favoritas en los 60m lisos del Campeonato de España en pista cubierta el domingo (Teledeporte 55). Aunque mucha más gente conoce al futbolista, la atleta ha sido dos veces olímpica con Colombia y ya tiene nacionalidad española. Además, es un ejemplo más de que las atletas pueden recuperar su nivel tras parir -dos veces, la última en 2005- y sufrir una grave lesión.

En Colombia es Digna Luz. Pero en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid es simplemente Luz. Cada mañana, se entrena en estas instalaciones con Mery Martínez Guerrero. El ambiente es casi familiar. Se preguntan por los hijos, se ríen. Pero esto es un trabajo. Y ambas se lo toman como tal. La entrenadora, cronómetro en mano, da instrucciones y corrige y la corredora, de 27 años, obedece. Murillo está acostumbrada a entrenarse en serio desde los 16 años, pero en España, a donde llegó en 2004 cuando Perea fichó por el Atlético, donde dio a luz a Daniel en 2005, ha notado cambios: "En Colombia claro que hacía muchas series, musculación, cuestas..., pero la técnica...".

En Madrid hace ejercicios de fuerza en días alternos, pero las sesiones técnicas son diarias. El objetivo parece sencillo cuando lo explica Martínez Guerrero, vallista de éxito en su juventud. Como la atleta es menuda y potente y tiene una buena frecuencia de zancada, trabajan para ampliar esa zancada sin alterar la cadencia. Si lo logra, correrá más rápido. También han intentado mejorar la salida.

El último resultado de todo ese trabajo fueron los 7m 39s en que corrió los 60m hace un par de semanas. La marca está entre las mejores del año -Belén Recio, que también está en Sevilla, ha hecho 7m 36s-, aunque aún lejos del récord de Sandra Myers (7m 23s desde 1990).

"Ha tenido que luchar mucho para llegar hasta aquí", dice la entrenadora, que hace un par de años vio cómo a su corredora se le enganchaban los tacos y salía volando tras dejarse la rodilla en el tropiezo. Francis Obikwelu, que entrenaba con la colombiana, pegó un grito tremendo. Resultado: una gravísima luxación que le afectó el ligamento, dos operaciones, seis meses de recuperación y una cicatriz de más de un palmo. Muchos pensaron que no se recuperaría. "Es un milagro, pero es muy flexible y tiene mucha fuerza de voluntad", dice Martínez Guerrero. Tanta como para levantarse cada día a las 6 de la mañana, llevar a sus hijos al colegio, entrenarse, picar algo y conducir hasta la Universidad Francisco de Vitoria, donde estudia Empresariales. "Yo esto lo llevo en la sangre", se explica; "el día que no me entreno me falta algo". Su agenda está completa "excepto los domingos porque los domingos son de Dios y ese día no le madrugo a nadie".

Con ese espíritu dejó su Urabá natal con 16 años para entrenarse en Medellín. Luego vivió en Argentina, mientras Perea jugaba en el Boca, hasta que recaló en Madrid. Ninguna mudanza le ha impedido seguir compitiendo (corrió en Sidney 2000 y Atenas 2004). Con España no podrá hacerlo hasta el año que viene, pues la Federación Internacional exige un año con la nueva nacionalidad cuando se ha competido con otro país. Por ahora le basta. "No me preocupa ganar ni mis rivales, lo que quiero es volver". Su objetivo a medio plazo es otro: "Tiene que ver con los 100m y es algo entre Dios y yo".