El revulsivo de Ecclestone
El nuevo sistema que estrenará la Fórmula Uno en 2009 alteraría el historial de campeones en trece ocasiones
Detrás de esa aparente debilidad, de esas gafas ovaladas y ese pelo descuidado, se esconde uno de los mayores talentos del planeta para el negocio. Un visionario, dicen algunos. Porque si algo ha demostrado Bernie Ecclestone, al margen de su particular tendencia estética, es un olfato excepcional para generar dinero y fabricar espectáculo. Su trayectoria no tiene desperdicio. Abandonó los estudios a los dieciséis años para costearse su gran hobby, las motos. Después fue un piloto frustrado y más tarde se aproximó al automovilismo. Pero a mediados de los años setenta, encontró en la Fórmula Uno su gran golpe de efecto. La jugada perfecta.
Ecclestone, experto analista del mercado, diseñó el negocio y lo transformó en un show que en la actualidad mueve miles de millones y cuyo impacto económico alcanza a doscientos países. Más de trescientos cincuenta millones de telespectadores observan cada carrera a través de la televisión, soporte económico esencial en todo deporte de masas. Por esta razón, las audiencias, el magnate británico reaccionó, movió ficha con la creación del Gran Premio de Singapur y la superpoblación asiática se convirtió en el gran objetivo. Y por ello, hoy día, más allá de la crisis que azota a las escuderías, la maquinaria de Ecclestone funciona a pleno rendimiento y tiene el futuro prácticamente garantizado.
El nuevo sistema de medallas prioriza el talento del piloto y el espectáculo sobre la estrategia de las escuderías
"Veremos más adelantamientos, los pilotos arriesgarán más y competirán hasta la bandera de cuadros", señala Ecclestone
Con el nuevo procedimiento de calificación, se habría alterado en trece ocasiones la nómina de campeones
Sin embargo, en el plano estrictamente deportivo, el inglés observó algunos síntomas de flaqueza, cierto anquilosamiento de la competición en el desenlace del último Mundial conquistado por su compatriota Lewis Hamilton. El piloto inglés, aferrado al sistema de puntos que regía la Fórmula Uno hasta ahora, evitó cualquier riesgo y se limitó a administrar su ventaja en la carrera que decidía el campeonato en Brasil. El quinto puesto era suficiente para él, mientras que Massa, el otro aspirante, debía ganar y esperar el pinchazo del británico. Hamilton no falló y consiguió su propósito de forma agónica cuando el box de Ferrari ya festejaba el triunfo. El brasileño logró más victorias a lo largo del año, pero Lewis se llevó el gato al agua.
Priorizar la emoción y el pilotaje
El éxito del piloto de McLaren hizo reflexionar a Ecclestone, afanado desde entonces en dinamizar las carreras y eliminar el conservadurismo en el pilotaje. El patrón del gran circo dio una nueva vuelta de tuerca a su engranaje y anunció cambios. En concreto, la introducción del Kers (el nuevo sistema de recuperación de energía cinética) , neumáticos lisos, carrocerías uniformes y la proposición de un nuevo sistema, al estilo del empleado en los Juegos Olímpicos, que dictamine el campeón del próximo Mundial. "Hará de la Fórmula Uno un espectáculo más emocionante porque incentivará a los pilotos a correr para ganar. Veremos más adelantamientos, tomarán más riesgos y competirán entre sí hasta la bandera de cuadros", afirma Ecclestone.
El procedimiento que ha estado vigente hasta ahora, que concede diez puntos al vencedor, ocho al segundo, y así sucesivamente, quedó en evidencia tras la carrera de Interlagos. "El sistema de puntos les hace ser muy conservadores. Sólo el mejor debe ganar el título. Ser campeón no es sólo ser consistente y un eficaz piloto de segundas posiciones". El nuevo proyecto de Ecclestone prioriza el talento de los pilotos sobre las estrategias de las escuderías. No obstante, el revulsivo llega demasiado tarde para Massa. De acuerdo con el nuevo sistema, el título de 2008 habría sido para el brasileño, ya que hubiera obtenido seis oros frente a los cinco de Hamilton. Pero él no ha sido el único damnificado.
El escepticismo de Fernando Alonso
El nuevo método de calificación habría modificado sustancialmente el historial de campeones. En trece ocasiones se habría proclamado un vencedor distinto y se habría otorgado el título a tres pilotos que nunca han sido coronados: el británico Stirling Moss, el francés Didier Pironi y Felipe Massa, que, a pesar de todo, respalda la idea de Ecclestone. "Al principio de temporada ya sabíamos cuál era el sistema", admite. El español Fernando Alonso, campeón en 2005 y 2006 con Renault, conservaría sus títulos, pero no oculta su escepticismo. "No creo que este sistema favorezca nada, aunque será el mismo para todos y lo importante es ser el mejor al final del año". Mucho más crítico se muestra Eddie Jordan, que asegura que "es un sinsentido, porque un punto para un equipo de abajo es tan importante como una victoria para McLaren o Ferrari".
De acuerdo con el análisis de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) sobre el proyecto, el francés Alain Prost habría logrado cinco títulos en lugar de cuatro, uno más que Ayrton Senna y Jim Clark, y el británico Nigel Mansell habría logrado dos más. El carismático piloto brasileño habría conquistado el título en 1989, de modo que habría obtenido cuatro consecutivos entre 1988 y 1991. Por el contrario, la antigua escudería Brabham, que fue propiedad del propio Ecclestone, no habría conseguido ningún título de pilotos y Stirling Moss habría sido en 1958 el primer campeón británico. El nuevo sistema también habría perjudicado al austríaco Niki Lauda, que habría perdido dos de sus tres títulos, pero todavía peor para el brasileño Nelson Piquet, que no habría ganado ninguno de los tres que posee.
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