"Que nadie imagine que no estamos dolidos"
El seleccionador nacional de balonmano, Valero Rivera, analiza el decepcionante papel de España en el torneo
Es el técnico más laureado del balonmano español. Comedido en el triunfo y caballero en la derrota, cuenta en su expediente con más de cincuenta títulos, entre ellos, seis Copas de Europa. Sin embargo, Valero Rivera (Zaragoza, 1952) experimentó ayer uno de los episodios más amargos de su dilatada carrera. Refugiado en Pula, una pequeña localidad croata de apenas 60.000 habitantes, todavía intenta obtener una explicación a la debacle del equipo español, que cayó frente a Corea del Sur y ha quedado apeado de la segunda fase del Mundial de Croacia. Una circunstancia que no se producía desde 1979. Herido en su orgullo, ganador por naturaleza, Valero trata ahora de recuperar anímicamente a sus hombres para afrontar con garantías los partidos que restan. Los campeones del mundo de 2005 lucharán ahora por la 13ª plaza.
"A veces, cuando lanzas la moneda al aire, siempre sale cruz y no tienes la suerte de cara"
"Trabajamos de cara a la Olimpiada, el equipo que hemos traído es muy joven y se topó con una situación límite"
"En ningún momento tuve la sensación de que el equipo podía ofrecer síntomas claros de debilidad"
Pregunta: ¿Qué ocurrió frente a Corea?
Respuesta: Es muy difícil de explicar. El equipo salió a la pista sabiendo lo que significaba este partido. Lo intentamos, defendimos muy bien, pero nos encontramos con una situación muy complicada y ahora debemos intentar levantar la cabeza.
P: El equipo mejoró en defensa con respecto a otros partidos. ¿Qué le faltó?
R: No tengo ninguna queja. Tuvimos agresividad, tensión y estuvimos muy serios en la línea defensiva. Quizá faltó más acierto en los contragolpes. Además, las decisiones arbitrales influyeron decisivamente. Desde el instante en el que nos pusimos 10-7 en el marcador, todo cambió. No sé por qué, pero cambió, y todas se decantaron a favor de Corea.
P: Después del bronce de Pekín, en donde el equipo dejó un buen sabor de boca, es difícil comprender esta situación.
R: Sí. Todo nace del partido contra Croacia y la primera parte ante Suecia. Los chicos quedaron muy tocados. La verdad es que es una situación extraña, difícil de explicar. Nunca me había pasado algo así y en ningún momento tuve esa sensación ni el equipo ofreció síntomas claros de debilidad durante la preparación. A veces, cuando lanzas la moneda al aire, siempre sale cruz y no tienes la suerte de cara. En Croacia nos ha ocurrido a nosotros.
P: Apunta a la juventud. ¿Se podía haber construido un equipo más competitivo?
R: El balonmano español vive un momento de transición muy importante y estamos trabajando de cara a los Juegos Olímpicos de Londres. El equipo que hemos traído es muy joven y se topó con una situación límite que no pudo resolver. Ahora tienen más experiencia, aunque la han cogido de la manera más dura.
P: Iker Romero pidió perdón a los aficionados tras el partido.
R: Sí, estamos en la misma línea. Que nadie imagine que no nos duele esta situación. Lo sentimos.
P: ¿Cómo afrontan la recta final del campeonato?
R: Tenemos pocos días para trabajar y debemos aprovecharlos. Pensamos ya en el futuro y debemos rehacernos. Esto es deporte, para lo bueno y para lo malo.
P: ¿Es el capítulo más duro que ha vivido en un banquillo?
R: Ha sido una experiencia muy amarga, pero a lo largo de una carrera tan larga como la mía ha habido muchos momentos difíciles. Mi reto ahora es transmitir serenidad, ser honesto y tratar de devolver al equipo al camino correcto.
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