Tributo al fútbol heroico

"Fue un partido dramático, de mucho sufrimiento, inolvidable para los hinchas". Así recuerda el encuentro que escenificaron el Barcelona y el Atlético de Madrid el 12 de marzo de 1997 uno de sus grandes protagonistas, Hristo Stoichkov. Aquella noche, con casi cien mil almas en las gradas del Camp Nou, ambos equipos ofrecieron una exhibición de juego, un sentido homenaje al fútbol ofensivo a través de uno de esos envites que dejan huella en la memoria de todo aficionado. Una historia de cine que, como todo buen relato, dejó registradas en las retinas imágenes de héroes y villanos; vencedores y vencidos; sonrisas y llantos; pero ante todo, una serie de estampas que dignifican la existencia del cuestionado torneo copero.

"Cuando entrenamos en el vestuario, vimos a Baía llorando. Me acerqué y le dije: tranquilo, podemos darle la vuelta"

El Barça remontó un 0-3 adverso y marcó cinco goles en cuarenta y cinco minutos

Pantic logró los cuatro goles del Atlético, mientras que Ronaldo, pletórico, hizo un 'hat trick'

El Barça, dirigido por Sir Bobby Robson desde el banquillo, Mourinho como ayudante y Guardiola sobre el terreno de juego, partía con una ligera ventaja gracias al 1-1 logrado en la ida en el Vicente Calderón. Sin embargo, todo el mundo esperaba la respuesta del Atlético. El cuadro colchonero, en pleno auge tras haber firmado un histórico doblete la temporada anterior, defendía su trono tras haber tumbado unos meses antes a los azulgrana en la final disputada en La Romareda. Capitaneados por Kiko y Caminero en su mejor versión, los madrileños saltaron al césped con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a plantear batalla desde el inicio.

Pese a la constante amenaza de Ronaldo, entonces azulgrana, y al mayor dominio territorial del Barça, emergió la exquisita pierna derecha de Milinko Pantic en la primera mitad. El futbolista yugoslavo, cual francotirador, encendió la señal de alarma de su enemigo con tres disparos francos que dejaron temporalmente noqueado al equipo catalán. "Fuimos de menos a más, pero yo tenía fe en la remontada. La victoria tuvo un significado especial para la afición", relata Stoichkov. El estadio enmudeció en primera instancia, pero acto seguido dirigió su cólera contra Vítor Baía, que falló con estrépito en los tres goles del Atlético. "Cuando entrenamos en el vestuario, vimos a Vítor llorando. Me acerqué a él y le dije: tranquilo, no pasa nada. Podemos darle la vuelta".

Con medio pase en el bolsillo, el Atlético trató de contemporizar el encuentro, mientras que los rostros de los jugadores del Barcelona reflejaban una mezcla de rabia e impotencia. "Robson no nos dijo nada especial durante el descanso, ni siquiera nos conjuramos. Sencillamente, nos miramos, saltamos al campo dispuestos a ganar y fuimos mejores. Y cuando eres mejor, ganas". Los futbolistas atravesaron el túnel de vestuarios con ansias de revancha y el técnico inglés retiró a dos centrales para reforzar su arsenal de ataque con Stoichkov y Pizzi. "Cuando en un equipo juntas a cinco delanteros es casi imposible pararle. Arriesgamos, obligamos al Atlético a defenderse, pero no pudo pararnos. Ronnie, Pizzi, Figo, De la Peña, Luis Enrique, yo... . Era imposible que nos frenasen".

El agónico gol de Pizzi

El resultado fue inmejorable. Ronaldo perforó en dos ocasiones la portería de Molina en apenas cinco minutos y el Barça emprendió un incesante asedio sobre la meta rojiblanca. "En el instante en el que marcamos el 2-4 fue cuando verdaderamente creí en la remontada", destaca el búlgaro. El Atlético se aferró a la inspiración de su guardameta, que sostuvo a su equipo con varias intervenciones prodigiosas, y nuevamente a Pantic. El centrocampista firmó su cuarto gol, pero el Barcelona respondió al mazazo con una gran volea de Figo que situaba el 3-4 en los majestuosos marcadores del estadio a falta de veinte minutos para el final. Ronaldo, en estado de gracia, firmó la igualada, y en el último suspiro, con las manecillas del reloj jugando a favor del Atlético, Pizzi enloqueció a la grada con el gol que sentenció la eliminatoria.

Hoy, doce años después y fieles a su tradición, Atlético y Barça intentarán reeditar otro duelo heroico. Unos enfrentamientos que son sinónimo de gol, con un promedio de más de tres tantos por partido. "Uno marca, otro recibe y vuelta a empezar, otra vez a la carga. Es un no parar, la historia de siempre en unos encuentros que son siempre espectaculares". El último referente entre ambos, con victoria por 6-1 en Liga para los de Guardiola, invita a Stoichkov al optimismo. "Soy muy culé y no será nada fácil, pero confío en que pase el Barça. Pep no se confiará, pero por estilo, por el carácter ganador que ha imprimido al equipo, debemos superar la eliminatoria".