Gigantesco Forlán
El uruguayo derrumba a un Racing muy digno y lleva al Atlético a la goleada
En un partido enloquecido, ante un Racing a ratos soberbio, al mejor jugador del Atlético le dio por inventarse un festival de fútbol. Al dictado de un gigantesco Forlán el Atlético derribó a un Racing que le complicó la vida durante muchos minutos, por más que jugara casi una hora con un jugador menos. Forlán dio dos goles, marcó otros dos y mereció salir a hombros tras una actuación sencillamente maravillosa.
Es el Atlético un equipo partido por la mitad, que se resquebraja a la mínima. Su presencia en ataque es demoledora, pero su repliegue deja mucho que desear. La jerarquía de Ujfalusi en el eje de la defensa le salva de algún que otro problema. Pero qué miedo si quien tiene que resolver cualquier compromiso es Heitinga. Porque el holandés actúa y luego piensa. Su facilidad para perder el sitio, y el norte, es más que llamativa. Si recordado será su penalti a Drenthe, que le dio el triunfo al Madrid en el Calderón, qué decir del de ayer, todo un homenaje a la torpeza. Voló el balón al área rojiblanca, Heitinga no lo vio, se agachó, sintió, no sin sorpresa, el golpe del cuero en la chepa, se rehizo, más o menos, para ver cómo la pelota llegaba a Tchité, que aceleró, que se fue por su espalda, y Heitinga que le ve, o no, y que saca su pierna izquierda, propinando al racinguista una patada que no era tal, que era una coz. Fulminado cayó Tchité y allí apareció el árbitro para señalar un penalti que transformó el propio delantero.
Atlético de Madrid 4 - Racing de Santander 1
At. Madrid: Leo Franco; Seitaridis, Heitinga, Ujfalusi, Pernía; Assuncao; Maxi (Banega m. 85), Maniche (Raúl García m. 85), Simao (Luis García m. 85); Kun Agüero y Forlán
Racing Santander: Toño; Pinillos (Goncalves m. 76), Garay, César Navas, Marcano; Munitis, Lacen (Canales m.82), Colsa (Luccin m.82), Serrano; Pereira y Tchité.
Goles: 0-1: m.6, Tchité, de penalti. 1-1: m.21, Simao. 2-1: m. 34, Agüero. 3-1: m. 77, Forlán. 4-1: m. 81, Forlán de cabeza.
Árbitro: Luis Medina Cantalejo (Colegio Andaluz). Enseñó tarjeta amarilla a Heitinga, Ujfalusi, Maniche, Tchité. Roja directa a César Navas (m.31) por dura entrada a Assuncao.
Incidencias: Partido de la decimotercera jornada de Liga disputado en el estadio Vicente Calderón, ante unos 40.000 espectadores.
Así empezó el Atlético su actuación, cuesta arriba, ante un Racing que siempre se mostró convencido de sus posibilidades. Y que gobernó el partido durante un rato, el que tardaron Agüero, Forlán y Simao en asociarse, tres tipos que forman la santísima trinidad de este equipo. Y que se asocien estos chicos no hay quien lo soporte, ni mucho menos quien lo defienda. Levantó Agüero la cabeza, acarició el balón con un toque sutil que llegó a Forlán, el más listo de la tropa, quien hizo lo impensable: saltó y en un escorzó lo echó atrás de cabeza, a la llegada de un Simao al que sólo él había visto. El chutazo del portugués, que está que la rompe, se fue arriba, a la escuadra izquierda de Toño. Con muy poco acababa de empatar el Atlético ante un Racing que hasta entonces había sido mejor, pero que se encontró al enemigo en casa. Agarró la pelota Assunçao en la zona de tres cuartos y allí apareció César Navas, que se lanzó abajo, con las dos piernas, propinando al brasileño un hachazo en toda regla, casi el mismo que le propinó a su equipo con tan mezquina acción. No lo dudó el árbitro, que le mostró la roja. Y al poco, Forlán recibió y vio el desmarque de Agüero, a quien le regaló el balón para que el Kun fusilara.
El Atlético, de nuevo, golpeó duro en cuanto pudo respirar. Lo que no le ocurrió en los siguientes minutos, que fueron de un Racing valiente, que jugó con un descaro impropio de un equipo que está con diez. Acorraló el Racing a su rival y el público comenzó a desesperarse. Y más lo hizo cuando el árbitro señaló un penalti a Maxi y rectificó por orden de su juez de línea. El partido era del Racing, pero cada arrancada de Forlán y compañía sembraba el pánico.
En vista de que no llegaba el empate, el Racing comenzó a empequeñecerse. Y a agrandarse Forlán. Mal asunto. Assunçao robó un balón que cayó al que más daño podía hacer, Forlán, que lanzó un zurdazo sin dudarlo que se fue dentro. El Racing murió con el tercer gol y al instante fue enterrado con el cuarto, con el centro de Seitaridis que cabeceó en el primer palo Forlán, quién si no, remate final a un partido en el que el Atlético fue la nada durante muchos minutos y lo fue todo cuando a un futbolista llamado Forlán le dio la santa gana.
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