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ZENIT 1 - REAL MADRID 2 | FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

El Madrid huye con el botín

Los de Schuster, muy fatigados en la segunda parte, sobreviven al bombardeo del Zenit

El Madrid salió ileso de la avalancha del estadio Petrovsky, que asistió a un partido trepidante. El Madrid estuvo a punto de golear y acabó pidiendo la hora. Dominó la situación en la primera parte y se desencajó en la segunda. Durante media hora vivió sometido al bombardeo del Zenit, un equipo generoso, construido para buscar el gol, pero mal pertrechado en la retaguardia. De la indecisión de uno de sus centrales, Hubocan, se aprovechó Van Nistelrooy para marcar el gol decisivo. El holandés estaba sin ángulo y el defensa lo perseguía. Pero se giró por su costado ciego y metió la zurda. El balón engañó al portero y se fue adentro. Es el octavo gol de Van Nistelrooy esta temporada.

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El Madrid salió a jugar con la tensión de los equipos que se encuentran en crecida. El recibimiento animoso de la hinchada rusa agitó a los jugadores, que se desplegaron con agresividad. Hubo una combinación rápida, una apertura a banda, y un centro que Higuaín cabeceó con categoría. La pelota rozó el larguero y la defensa del Zenit empezó a temblar. Siguió así durante un rato. Hubocan y Puygrenier dieron la impresión de contemplar el avance del Madrid con pánico. De la Red y Van der Vaart, se apoderaron del medio campo y a partir de ahí comenzaron a distribuir el balón y a marcar el ritmo. De la Red pertenece a la especie de los centrocampistas autoritarios. Instintivamente, va dictando las normas, repartiendo los tiempos, y decidiendo qué espacios se ocupan y por quién. A su alrededor acudieron a comer los individuos que habitan en su órbita: Van der Vaart, Robben, Higuaín. Entre los cuatro consiguieron un golpe de efecto. Intimidaron al Zenit y se le plantaron en las inmediaciones del área. Por ese camino el Madrid hizo el primer gol. Van der Vaart sacó un córner para De la Red, que desde la frontal del área se lo devolvió medido al costado. La defensa del Zenit rompió el fuera de juego y Van der Vaart metió un centro con comba hacia adentro. En cuanto la pelota tocó al pobre Hubocan, se fue adentro.

En la primera media hora, el Zenit reveló todos sus problemas defensivos. El repliegue general no les servía a sus jugadores para robar una pelota. Cada conducción de Robben generaba una estampida. Los rusos no se anticipaban. Tenían miedo al engaño, o sobreestimaban a sus adversarios. Salvo Tymoschuk, un mastín, los demás se arrugaron. La retirada del Zenit tuvo una doble consecuencia. Primero, el Madrid se apoderó del balón de forma insultante. Lo movió con tanta gracia que se dejó tentar por la placentera sensación del poder absoluto. Esto desembocó en ciertas displicencias. Hubo jugadores que descuidaron obligaciones defensivas. Uno de ellos, Sergio Ramos, se olvidó de seguir a Arshavin en un saque de banda. Sencillamente, le dio la espalda. El pequeño extremo se fue solo hasta la línea de fondo y centró hacia atrás. Danny entró con los tapones y empujó el gol en el segundo palo. Oxigenado por la displicencia de su adversario, el equipo local se había reanimado.

No conviene calibrar mal las posibilidades del Zenit. Los rusos sufren para robar un balón, pero una vez que lo tienen, no lo resignan. Ziryanov y Danny se encargaron de esconderlo y Denisov, que es una bala, no agotó una carrera sin meter un centro a la olla. Perforado el centro del campo madridista, cada avance del Zenit desembocó en el área de Casillas. Allí, Cannavaro no concedió ni un centímetro. Lo sufrió Pogrebnyak. El máximo goleador del Zenit vivió una noche difícil. Sobre todo porque Arshavin, su principal intérprete, anduvo medio desaparecido durante una hora. Su metabolismo funciona al revés. Cuanto más tiempo pasó en el campo, más actividad desplegó. Acabó la noche mandando un tiro al palo.

El que sí dio síntomas de fatiga fue el Madrid, que en la segunda mitad se fue extinguiendo hasta amontonarse alrededor de Casillas. Al ver que no podía más, Schuster sustituyó a Van der Vaart. Presumiblemente, puso a Javi García para blindar el medio campo formando pareja con Diarra. Si la intención del técnico fue asegurar el resultado, el experimento rondó el fracaso. El Zenit llegó en avalancha. Colgó centros de todos los colores. Al Madrid le costó despejarlos y Casillas salvó a su equipo en tres intervenciones desesperadas. El portero le ganó a Takke en un mano a mano que la hinchada ya cantaba como gol. Otro tiro de Takke acabó rebotando en los pies de Pepe. Los últimos minutos fueron angustiosos. El pitido final permitió al Madrid huir con el botín.

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Van Nistelrooy lucha por el balón
Van Nistelrooy lucha por el balónAFP
El Real Madrid le bajó los humos al Zenit San Petersburgo, el equipo de moda en Europa, y de paso rompió una racha de dos años sin ganar fuera de casa en competiciones europeas. "Una victoria muy importante ante un equipo muy difícil, muy correoso, con mucho ritmo, con mucha velocidad. Hemos tenido que sufrir mucho en algunos momentos de la segunda parte. Los tres puntos de hoy son muy importantes para los siguientes partidos", analizó Bernd Schuster después del partido.Vídeo: AGENCIA ATLAS
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