McDyess y los Pistons aburren a los Celtics
El equipo de Detroit empata la serie gracias a su asfixiante defensa
Los Pistons se remitieron a la soberbia noche de Antonio McDyess y a los aspectos más insulsos del juego para devolver la igualdad a la final de la Conferencia Este. Los Celtics apenas ofrecieron signos saludables. Su famoso Big Three dejó mucho que desear. Definitivamente a Ray Allen le está costando un mundo afinar la muñeca a lo largo de unos playoffs en los que el juego se endurece y las defensas van al alza. Los Celtics lo acusan. Su ataque se queda corto de gasolina.
Los Pistons aplicaron una defensa que negó continuidad y posibilidades de tiro a los Celtics. Salieron a toda pastilla (16-4) y controlaron el juego con un ritmo lento y cercenando cualquier opción de tiro abierto y limpio por parte de Allen (2 canastas de 8 lanzamientos), Pierce (3 de 14), Garnett (6 de 16) y compañía. Los Pistons recurrieron a las faltas sin ningún tipo de contención. Wallace y Hamilton tuvieron problemas por los excesos en las defensa ilegales, aunque finalmente fue el pívot de los Celtics, Perkins, el que pagó el pato y tuvo que irse descalificado cuando faltaban más de tres minutos. Los Pistons pusieron el partido donde querían: bajo los aros, con muy escasas posibilidades de contraataques y de tiros lejanos. Sólo consiguieron tres triple entre ambos equipos. Con eso queda todo dicho.
Los Celtics anotaron casi tanto desde la línea de tiros libres (32 puntos) como en tiros de campo (43). Lanzaron poco y mal (un 31.8% de acierto). Carecieron de un jugador capaz de coger la onda y de asumir la responsabilidad ofensiva. Ni Garnett, ni Pierce, ni Allen, nadie. Los Pistons en cambio contaron con los servicios de un Antonio McDyess en vena de aciertos. Sus excelentes movimientos cerca del aro y su magnífica muñeca a media distancia llevó por la calle de la amargura a Garnett. El veterano cuatro de Alabama, el número dos del draft de 1995, no ha sido después de sus graves lesiones en las rodillas, el que prometía. Pero su calidad continúa intacta y de vez en cuando es capaz de jugar como los ángeles. Fue el hombre del partido sin lugar a dudas con 21 puntos y 16 rebotes.
Los Celtics, pese a su inferioridad en el rebote y a que perdieron el doble de balones que los Pistons, acortaron en algún momentos su desventaja, sólo de cuatro puntos al descanso (43-39), pero no evidenciaron la soltura y la continuidad imprescindible para remontar. Ya hacia el final volvieron a la carga (78-73) pero entonces Maxiell y Hamilton se encargaron de cerrar la victoria para su equipo.
La serie viaja de nuevo a Boston donde se disputará el quinto partido, a partir de las tres de la madrugada del próximo jueves, hora española.
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