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La ONG Human Rights Watch denuncia abusos a los trabajadores en las obras de los JJ OO de Pekín

El informe 'Un año de mi sangre' revela que los inmigrantes rurales no reciben su salario, carecen de atención médica y viven en condiciones de miseria

Los Juegos Olímpicos de Pekín siguen suscitando polémica. La ONG Human Rights Watch ha denunciado a través del informe Un año de mi sangre las condiciones en las que trabajan los obreros de la construcción en Pekín. Muchos de ellos son trabajadores pobres de la zona rural china que al trasladarse a la ciudad se encuentran con condiciones laborales peligrosas, no tienen acceso a los servicios médicos y, con frecuencia, no reciben sus sueldos. Tampoco pueden protestar, porque carecen de los derechos de asociación y huelga, reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), denuncia la ONG.

Para Sophie Richardson, la responsable legal de la Organización en Asia, a pesar de la retórica gubernamental, "los empresarios siguen timando a los trabajadores de la construcción inmigrantes al pagarles". Según Richardson, el Gobierno no sale mejor parado ya que continúa "discriminándoles al negarles los servicios sociales básicos".

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Pekín se ha convertido en un mar de grúas que estos días renuevan las construcciones de la ciudad para que ofrezca un aspecto moderno cuando los Juegos Olímpicos se inauguren el próximo agosto. En estas obras trabajan más de un millón de inmigrantes chinos que viven en la miseria, sus trabajos no cumplen las normas de seguridad y están expuestos a la explotación de los contratistas.

Además, también tienen que enfrentarse a la discriminación del gobierno chino a través de una arcaica política de registro de la propiedad, conocida como "hukou", que establece restricciones en las residencias, según afirma el informe que llega después de la renuncia de Spielberg a ser asesor artístico de los Juegos por la política exterior de China en Sudán, y las declaraciones de George Clooney que está presionando a la marca de relojes Omega, de la que es imagen, para que se pronuncie en contra de la "dudosa relación entre China y Sudán".

El "hukou" se diseñó para controlar el influjo de los inmigrantes del campo en las ciudades, pero también les deja sin acceso a los beneficios sociales establecidos para los residentes urbanos. El ministro chino de Trabajo y Seguridad Social ha afirmado que los trabajadores inmigrantes rurales recibirán el mismo tratamiento y protección que los urbanitas, pero también indicó que no tiene planes inmediatos para eliminar las décadas en las que ha funcionado el "hukou" y que es algo que deberá "investigar y solucionar el Parlamento, en un futuro".

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