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COPA DEL REY | BARCELONA 1 - VALENCIA 1

Koeman le amarga la Copa al Barça

Xavi en el último suspiro premia el tesón azulgrana ante un Valencia muy bien organizado y al que dio ventaja Villa

Agachado en Mestalla, Koeman salió con la cabeza bien alta del Camp Nou. Había pensado muy bien el partido, tanto que dirigió a su equipo a pie de campo, y sus jugadores le interpretaron tan fielmente que si no cantaron victoria fue porque en la prolongación, en la última jugada, el árbitro no apreció manos de Eto'o y concedió el empate de Xavi. La jugada premió el tesón del Barça y amortiguó la fiesta del Valencia.

La convulsión social y deportiva ha acentuado el carácter competitivo de Koeman y el Valencia en la Copa, un torneo que funciona estupendamente para las catarsis colectivas. Al Barça le pasó lo contrario. Ahora que ha aprendido a disputar la Liga, ayer no supo ganar un partido de Copa muy exigente, de mucha tensión y gran carga táctica. Le faltó luz y precisión, en el pase y en el remate, y le sobró coraje después de un estimable ejercicio futbolístico.

La organización colectiva del Valencia le pudo a la calidad individual del Barcelona. Anudado el contrario por Koeman, la diferencia como de costumbre la marcó Villa, que anotó su sexto gol en el estadio. El gol inevitable de Villa se produce con independencia de los entrenadores, del torneo y de la jornada. Así de caprichosos son guiños del fútbol. La fortuna se alió con el ariete y con su equipo en una de sus escasas llegadas al área y fue esquiva con el Barça que, pese a su insistencia, no encontró la portería hasta el final.

Apretó el Barcelona desde la salida, con la hinchada más ruidosa que nunca, entregada a un equipo que rota piezas a cada jornada para poder competir en las tres competiciones abiertas. Entró Deco y salió Iniesta de la alineación mientras Henry jugaba por Ronaldinho, circunstancia que propició un aumento de la velocidad de la pelota y una disminución en la precisión. A cambio de abrir bien la cancha por el flanco de Henry, reiterativo en los centros laterales, se estranguló en el juego interior, incapaz de ganar espacio, bien controlado por el Valencia, replegado y espabilado en la anticipación.

A tres remates de gol consecutivos en una misma jugada por parte de Xavi, Eto'o y Messi, respondió el Valencia con una falta lateral que acabó en la red después de un taconazo de Joaquín en posible fuera de juego. Aunque anulada por el árbitro, la acción tuvo un carácter intimidatorio para los azulgrana. Lentos y previsibles, se excedieron en la conducción, negados en la divisoria, sin línea de pase, en inferioridad ante las ayudas defensivas del rival, que cerró bien, siempre en situaciones de superioridad.

El Valencia mezcla jugadores robustos para la contención con futbolistas ligeros en el despliegue, hábiles y rápidos, delanteros con llegada y gatillo. Aún en estado de gestación, Koeman apuesta por un equipo joven y vitalista, atrevido incluso, y al mismo tiempo inexperto y con una aparente fragilidad, más que nada por su media de edad: 24 años. El plantel de Koeman se portó con grandeza. Ha mejorado tácticamente y se organizó muy bien alrededor de la consistencia de Maduro y la jerarquía de Banega.

Maduro interpreta perfectamente las cosas que le gustan a Koeman, a veces imperceptibles, como los bloqueos y las coberturas, y Banega responde al 5 clásico argentino, un volante que domina la escena y se ofrece, calidad imprescindible en partidos de palabras mayores. Taponaron tan bien los valencianos la línea de toque y tiro del Barça y le complicaron tanto la vida que Touré perdió el sitio y Eto'o no paró de dar vueltas alrededor del área, incómodo y desquiciado. Especialmente consistente, el Valencia achicó muy bien la cancha y sólo concedió una ocasión antes del descanso. Eto'o no se ganó ni un remate y a Messi no le dejaron armar bien la pierna.

Aceleró el Barça en la reanudación, confiado en que el adversario acabaría por ceder, víctima del esfuerzo. Maduraba el partido a favor de los azulgrana, faltos del último pase, de un desmarque por detrás de la zaga, o de un remate de media distancia. No se adivinaba un punto de flaqueza en Hildebrand, un portero que ofrece poca confianza, más que nada porque repele la pelota, y sin embargo se crecía con el paso del tiempo. La rueda de cambios aumentó la incertidumbre hasta que Villa culminó una transición veloz y preciosa de Arizmendi. El tanto se levantó como una pared para el Barcelona, que fracasó con su ataque y gol hasta que llegó el gol de costumbre de Xavi con la anuencia del árbitro, para desespero del Valencia, heroico y competitivo hasta la última jugada. Nadie le podía pedir más al equipo de Koeman y pocas cosas hubo que reprochar al Barcelona en una noche muy copera.

Los jugadores del Barcelona celebran el gol del empate
Los jugadores del Barcelona celebran el gol del empateEFE
El Valencia toma ventaja en la semifinal de Copa tras empatar (1-1) ante el Barça en el Camp Nou.Vídeo: ATLAS

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