Montmeló vive la 'Alonsomanía'
Cerca de mil aficionados tiñen de azul las gradas del circuito de Montmeló para apoyar a Fernando Alonso
Cautivados y boquiabiertos, los más de mil seguidores que se han acercado al circuito de Cataluña apenas se mueven de sus asientos; tan sólo para cambiar de perspectiva y ver a su ídolo desde otra posición. Las zonas preferidas por la 'marea azul' son la curva 'Repsol' y las dos caras del giro de 'La Caixa', justo antes de la entrada a la recta de meta. Allí, centenares de aficionados se agolpan levantando los brazos cada vez desfila una bala blanca, azul y naranja rozando ?y a veces superando- los 300 kilómetros por hora. No obstante, y según fuentes del circuito, la afluencia de es mínima si se compara con la que habrá en la segunda y tercera jornada.
El sonido de los motores del monoplaza es otra de las curiosidades del día, y casi puede reconocerse a alguna escudería tan sólo por el estrépito que genera al acelerar, frenar o bajar alguna marcha. El rugir agudo pero controlado de McLaren y Renault contrasta con los trompicones del motor de otras firmas como Honda o Toro Rosso al salir de las horquillas, y es un aspecto que se refleja también en los rostros de los seguidores.
Los niños también son protagonistas en la sesión de hoy. Incluso alguno confiesa con un tímido "sí" cuando se le pregunta si ha hecho 'novillos' para acercarse a ver la Fórmula Uno en directo. No hay duda sobre quién es su ídolo cuando se les pregunta cuál es su piloto preferido: Fernando Alonso. Verle es primordial; todo lo demás, incluido el ruido, apenas importa. Pese a no distinguir apenas los colores de los coches que se pasean por el pit-lane, no hay vuelta en la que no vibren y salten con los ojos muy abiertos y las manos tapándose los oídos.
Al otro lado de la pista, en el paddock (la zona de camiones y equipos), la petición de autógrafos también tiene un único objetivo: Fernando Alonso. Una tarea a la que se apuntan también padres y madres, ávidos de un saludo, una foto y un recuerdo del bicampeón. Fernando juega en casa, y eso se respira en el paseíllo de motorhomes. Durante la pausa para almorzar, pequeños grupos han ido agolpándose a la puerta del restaurante de Renault. Las libretas, en la mano; las cámaras, encendidas y a punto, y las vallas, desplegadas. No había duda. Dentro estaba Alonso.
El primero en llevarse la firma y la sonrisa del bicampeón ha sido el más pequeño. También una foto y un 'choca esos cinco', antes de que el medio centenar de forofos rodearan al ovetense impidiendo la labor de los fotógrafos. La 'fiebre Alonso' crece cada año. Y los entrenamientos de hoy son tan sólo una toma de contacto. El preludio de la apoteosis que vendrá el 27 de abril.
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