El Madrid se pone serio
El equipo de Schuster gana al Lazio (3-1) en Liga de Campeones y se clasifica como primero de grupo
Buena primera parte del Real Madrid, que solventó el partido y su clasificación como líder de grupo en apenas media hora. Júlio Baptista, Raúl y Robinho marcaron para el equipo de Schuster y Pandev anotó el de la Lazio. Casillas detuvo un penalti con el tiempo ya cumplido.
En el instante más importante de la temporada, situado en ese cruce de caminos en el que debes tener la suficiente lucidez para elegir la senda correcta, la que te lleva hasta la siguiente ronda de la Liga de Campeones, y no despeñarte por el barranco de la eliminación, el Madrid decidió ponerse serio. Apenas tardó un cuarto de hora en alejar dudas, rumores, nervios y hasta la emoción del choque. Sentenció el partido, aseguró su clasificación y dio un repaso a un simulacro de equipo, como es la Lazio, que le abrió las puertas de los octavos de final de par en par.
Buenos momentos de juego, con un fútbol directo y menos previsible que en otras ocasiones, aprovechando que Diarra apenas participó en la elaboración y, sobre todo, la debilidad del rival, que tuvo la cortesía de facilitarle los goles. Y mientras, Guti sentado en el banquillo, donde vio toda la primera parte. Su absurda expulsión contra el Murcia quizá sea la razón que explique esa suplencia. Todo ello, además, aderezado con los habituales despistes defensivos, que eso no hay entrenador que lo arregle en el Madrid. Pero esta vez, la fortuna para el conjunto que entrena Bernd Schuster es que delante tuvo un equipo con tanta inocencia como poca calidad.
Una inocencia y una falta de calidad que se vieron tanto en las acciones de ataque como en las defensivas. Avisó Raúl a los diez minutos, con un remate que acabó en el poste de la portería defendida por Ballotta, que pasará a la historia de la Champions por su longevidad y no por su capacidad como portero.
Empezó a solucionar el encuentro poco después Júlio Baptista, con un gran gol que precedió al conseguido de cabeza por Raúl, que ya suma 11 esta temporada, ocho en Liga y tres en Liga de Campeones, y está a sólo uno de igualar a Filippo Inzaghi como el máximo goleador en la historia de las competiciones europeas. Un dato para la reflexión. Para reflexionar en el sentido que uno quiera, que todo es admisible en este caso. El capitán recibió el pase de Robinho, que cerró la cuenta de la primera parte con un tanto después de una acción algo atolondrada de Van Nistelrooy, que partió en posible fuera de juego.
El reloj apenas había superado la media hora y el partido ya se había acabado. Eso duró la final contra la Lazio, que desapareció completamente, casi tanto como el Madrid, hasta que a falta de 20 minutos entre Rocchi y Pandev dejaron en evidencia a la defensa blanca. Marcó Pandev, que se lesionó en el remate. Lo que hubo entre el tanto de Robinho y el de Pandev fueron muchos minutos y nada para recordar. Y es que con el objetivo de la clasificación cumplido, el Madrid se dedicó a la vida contemplativa.
Habían entrado después del paso por los vestuarios Robben y Guti por Robinho y Sneijder. No tardaron en adaptarse a la pasividad con la que se desarrolló el choque en el segundo tiempo, pero todavía dejaron algún detalle de calidad. Un disparo del holandés salió rozando el larguero de la portería del veteranísimo Ballotta, que se lució a un disparo del propio Robben y a otro de Guti.
Pero para que el partido fuera completo faltaba la aparición de Casillas, con el tiempo ya cumplido. Penalti de Pepe por mano que pareció involuntaria después de un centro de Rocchi. El propio Rocchi efectuó el lanzamiento, lo detuvo Iker, que volvió a rechazar el remate posterior de Baronio. Hay cosas que nunca cambian en el Madrid.
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