Messi pulveriza al Atlético
Dos chispazos del argentino, en colaboración con un frágil Abbiati, decantan la balanza a favor de un Barça que supo dictar el 'tempo'
Ya no entiende de galones. O mejor dicho, él impone los suyos. Leo Messi volvió a ser determinante en el triunfo del Barça sobre el Atlético, que además del estado de gracia del argentino, tuvo que hacer frente a la exacerbada fragilidad de su defensa y las imprecisiones de Abbiati. En tan sólo cuatro minutos, Messi liquidó al equipo rojiblanco. Los de Aguirre se marcharon de vacío del Camp Nou ante un Barça bien construido desde sus cimientos y que se eleva a pasos agigantados.
No obstante, el primer tramo del choque transcurrió contra natura. Lejos del monólogo inicial al que acostumbra, el Barcelona cedió el esférico y el protagonismo al Atlético, que ofreció bonitos destellos hasta una desafortunada acción de Abbiati al filo del cuarto de hora. Todo el planteamiento atlético se hizo trizas en el instante en el que Messi recogió un balón pegado a la cal de la banda derecha. El argentino dribló a su defensor, centró con potencia y su servicio aterrizó sobre las angelicales manos de Abbiati, que dejó el gol a merced de Deco.
Desde ese momento, el partido regresó a su cauce más lógico. El Barça reclamó su dominio, elaboró con la precisión de un reloj suizo su juego y solventó los tímidos acercamientos rojiblancos con una defensa contundente. Puyol y Milito se mostraron inexpugnables en la retaguardia. Los intentos de Agüero, Simao y Forlán se estrellaron contra el sólido muro de los de Rijkaard, que también sacaron a relucir su arsenal ofensivo. Henry, siempre elegante, probó con un disparo cruzado que se marchó desviado. Todavía tiene que afinar el punto de mira el francés. Pero poco después, su mejor aliado, Messi, pulverizó las esperanzas del Atlético con una jugada marca de la casa. 'La Pulga' partió esta vez desde el vértice izquierdo, trazó una pared letal con Ronaldinho y batió a Abbiati con un zurdazo ajustado al poste contrario.
El segundo tanto del Barça noqueó a su rival, que desde entonces se tambaleó sobre el tapete del coliseo azulgrana. A excepción de una indefinición de Oleguer ante Agüero que cayó en el limbo, la recta final de la primera mitad corroboró el crecimiento del equipo de Rijkaard. Ronaldinho, muy participativo, volvió a intentarlo. El brasileño no definió correctamente una buena cesión de Deco en boca de gol, pero a tres minutos del descanso, el '10' pudo resarcirse con un pase picado dirigido a Messi. En una de las acciones más estéticas del encuentro, Leo controló con sutileza el esférico, lo bajó a ras de césped, recortó ante la meteórica llegada de Pernía y cañoneó a Abbiati, que esta vez sí, intervino con acierto.
El Barça dicta el 'tempo'
A pesar de los intentos del Barça por dormir la contienda, el Atlético presentó una dura oposición en la segunda mitad. Ausentes Agüero y Forlán, sus máximos exponentes ofensivos, fue Maxi quién asumió la insurgencia colchonera. El argentino pudo recortar distancias con un misil que se topó con las providenciales manos de Víctor Valdés, una vez más salvador. Aferrado al orgullo herido de su compañero, Luis García también gozó de una buena oportunidad, pero su vaselina salió ligeramente desviada. Abortada la resistencia de su oponente, el Barcelona terminó de sestear el choque e introdujo un cambio de ritmo con dos espléndidas jugadas en las que Deco y Henry pudieron matar el partido.
En la recta final, Ronaldinho y Henry abandonaron el césped entre los vítores de los aficionados. Giovanni y Bojan, hambrientos de gol, tomaron el testigo. El Atlético, a lo suyo. Los estériles ataques de los hombres de Aguirre se perdían una y otra vez en medio de la espesura que envolvió el epílogo. Mientras, Messi pudo redondear el resultado en un mano a mano con Abbiati, pero unos minutos después, Xavi fulminó al meta italiano tras una gran asistencia de Giovani. El Barça, dictando el 'tempo', imponiendo su ley al ralentí, solucionó una cita a priori envenenada por la presencia de Agüero. El 'Kun' no apareció. Messi sí.
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