El médico de la selección olímpica alemana confiesa haber dopado a los ciclistas
Georg Huber es el tercer médico médico confeso que viene a engrosar el escándalo de dopaje en Alemania
Uno de los médicos más veteranos del ciclismo alemán, Georg Huber, ha confesado hoy haber proporcionado durante los ochenta testosterona a jóvenes ciclistas, convirtiéndose así en el tercer médico confeso que viene a engrosar el escándalo de dopaje en Alemania.
Huber, de 64 años, que desde hace cuatro años integra la Agencia Nacional Antidoping (NADA), atendió a la selección olímpica alemana durante los últimos seis JJOO. Según comunicó el Hospital Universitario de Friburgo, Huber ha sido suspendido inmediatamente de su cargo. Después de Andreas Schmid y Lothar Heinrich, Huber es el tercer médico del centro hospitalario que confiesa haber contribuido a las prácticas de dopaje. Huber atendía además a los corredores no profesionales de la Asociación Alemana de Ciclismo (BRD), de la que también fue expulsado hoy.
La BRD convocó además al entrenador de jóvenes pedalistas de la selección alemana, Peter Weibel, también bajo sospecha de haber proporcionado sustancias dopantes a ciclistas no profesionales. Los ex ciclistas Jörg Müller y Christian Henn explicaron al diario muniqués que fueron objeto de dopaje cuando aún no habían emprendido su carrera profesional. "No empezó en 1995, como en el caso de la Telekom (en alusión al equipo del que seis ex ciclistas y uno en activo han confesado dopaje), sino mucho antes", explica Müller, de 39 años. Müller asegura que en 1987, en Francia, durante los entrenamientos para una carrera urbana, recibió personalmente andriol del entrenador Weibel, "pero siempre en cantidades que no superaran el límite establecido", prosigue.
El ex-ciclista Christian Henn, uno de los primeros ciclistas que admitió el pasado martes haberse dopado con EPO durante los años noventa, confirma parte de las confesiones de Müller. Este último apunta que en los equipos germano-occidentales consideraban el dopaje necesario para competir con los equipos del Este de Alemania, donde esta práctica era habitual. "Para nosotros estaba clarísimo que en el Este se dopaban, así que nosotros también teníamos que hacerlo, y todo lo hacíamos de mutuo acuerdo con el profesor Huber de Friburgo", explica.
Weibel por su parte, que entrenaba desde 1985, fue el encargado de seleccionar en 1993 a los corredores alemanes para carreras no profesionales, que llevó a Jan Ullrich a ganar los mundiales amateurs ese año. Mientras tanto, todos siguen a la espera de que se pronuncie el ganador del Tour de 1997, después de que su manager, Wolfgang Strohband asegurara en la web del ciclista que la estrella del ciclismo germano no tiene motivos para tomar postura.
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