Nadal-Federer, final en Hamburgo
El mallorquín vence a Hewitt en un agónico partido (2-6, 6-3 y 7-5) y suma su 81º triunfo sobre tierra batida
El Masters Series de Hamburgo ofrecerá un nuevo duelo entre el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, los dos mejores jugadores del momento, quienes se plantaron en la final después de sufrir sobremanera para deshacerse de dos renacidos ex número uno del mundo, el también hispano Carlos Moyá y el australiano Lleyton Hewitt. Ambos fueron por detrás en el marcador, cedieron la primera manga con cierta claridad, pero sacaron lo mejor de sí mismos para remontar y plantarse en una nueva final, en la que Federer tratará de sacarse de una vez la espina que tiene clavada con Nadal en la tierra batida, como quedó reflejado hace muy pocas semanas en Montecarlo.
El tenista de Manacor lo tendrá si cabe más complicado porque la arcilla de la norteña ciudad germana se adapta mejor a sus características de su rival que la de otras pistas y por el tremendo esfuerzo que tuvo que hacer para obtener, tras dos horas y 35 minutos de juego, su 81 victoria seguida sobre tierra ante un Hewitt que se reencontró consigo mismo y que ofreció una tremenda resistencia. El partido entre Nadal y el jugador 'aussie', decimosexto cabeza de serie, fue un duelo de gladiadores, de luchadores infatigables, de jugadores con un tremendo carácter que no dan una bola por perdida. El público agradeció el tremendo desgaste y el espectáculo que ambos dieron. Hasta hizo la ola, más propia de ambientes futbolísticos, en el último intercambio.
Hewitt, que había acabado con las ilusiones del también español Nicolás Almagro en cuartos de final, enfocó la semifinal pleno de confianza y dispuesto a dar la sorpresa, tanto que en un visto y no visto se hizo con la primera manga por un contundente 6-2. El australiano había superado netamente a Nadal, pero éste, como es habitual, no se rindió y no tardó en demostrarle a su ambicioso rival que había partido. Nadal rápidamente tomó la iniciativa en la segunda manga con un gran juego y elevó las tablas al electrónico para devolverle la afrenta a Hewitt con un 6-3 y encima encarrilar el tercer set con otra temprana ruptura de servicio.
El australiano, pese a su magnífico juego, a poner constantemente presión sobre un Nadal que se desplazaba infatigable de un lado a otro, se veía superado, como demostraba el 4-2 con el que se colocó el español. En cambio, Hewitt no se había rendido y reinició su acoso al rey de la tierra para ofrecer un tremendo final de partido al romper el servicio de Nadal en el octavo juego y situar el 4-4. Ninguno de los dos contendientes quería doblar la rodilla y el duelo en la arena de Hamburgo fue, por momentos épico, tanto que hubo otras tres rupturas de servicios seguidas. Nadie se rendía. Afortunadamente para Nadal, en este intercambio siempre llevaba la ventaja y aunque las fuerzas empezaban a estar justas ante el correoso y profundo juego de Hewitt tuvo los arrestos y el acierto para levantar un 15-40 adverso en el duodécimo juego (con su primer 'ace' del set incluido) y sellar su triunfo en un último punto precioso desde ambas partes del campo.
"Con Federer nunca puedes pensar que está batido"
El jugador español se había ganado a pulso, sufriendo como pocas veces en los últimos tiempos, su primera final en Hamburgo, donde su gran rival, Federer, buscará su cuarto triunfo después de vencer en 2002 (fue su primer Masters Series), 2004 y 2005. Federer había vencido con anterioridad al también español Carlos Moyá, otro ilustre en fase de reencontrarse consigo mismo y con su mejor juego, pero que, como Hewitt, desperdició una magnífica oportunidad para romper los pronósticos. Federer, que lleva cuatro torneos sin adjudicarse el título, ganó por 4-6, 6-4 y 6-2, otro sufrido compromiso en el que también tuvo que emplearse a fondo.
Su virtud fue aprovechar mejor los puntos clave y ése fue, por contra, el castigo de Moyá, quien no sacó partido a las ocasiones de las que dispuso. "Hoy era el día para ganarle. Sentía que lo podía conseguir, pero en los momentos importantes él dio lo mejor de sí mismo", comentó Moyá, quien apuntó que durante muchos momentos controló el partido. "Pero con Federer nunca puedes pensar que está batido hasta que se haya acabado. He tenido varias bolas para romper su servicio en las que ha respondido con grandes golpes", apuntó.
Será el undécimo enfrentamiento entre Nadal y Federer y su reencuentro desde Montecarlo, donde el español sumó un nuevo triunfo ante el tenista de Basilea por un doble 6-4. Tras vencer en Indian Wells, Montecarlo, Barcelona y Roma, el español aspira a su quinto título de la temporada antes de afrontar Roland Garros y a dar otro golpe moral a Federer, ante el que ha ganado en los cinco enfrentamientos previos en tierra batida. Federer también asume que la final será un ''calentamiento'' de primer orden para la cita parisina, a la que acudiría pleno de moral si vence a Nadal en Hamburgo para ganar el único torneo del Grand Slam que le falta.
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