Tercera corona para Nadal

El español Rafael Nadal ha sumado su tercer título consecutivo en el torneo Conde de Godó en Barcelona, al vencer en la final al argentino Guillermo Cañas, por 6-3 y 6-4. Nadal se hace así con su vigésimo título consecutivo y encadena el duodécimo seguido sobre tierra, y su victoria 72 en esta superficie. Con esta victoria, el mallorquín iguala al sueco Mats Wilander, que también ganó tres veces consecutivas en Barcelona (1982-83-84).

Tras el encuentro, el tenista ha admitido estar atravesando por el "mejor momento" de su carrera. El mallorquín se ha acordado de los "momentos difíciles" que ha tenido que pasar, "como cuando estuve ocho meses sin ganar un torneo", pero ahora dice encontrarse mejor que nunca. "A partir de Dubai hubo un cambio en mi juego y la victoria de Indian Wells fue muy importante para mí por la confianza que me dio", ha recordado. Nadal ha mejorado este año algunos aspectos de su juego, "como la volea y el revés cortado", pero todavía cree que tiene defectos por pulir. "Si tiene margen de mejora Federer, imagínate si lo tengo yo", ha apuntado Nadal, quien ha añadido que todavía puede ser "más agresivo" en la pista y "mejorar el saque", y que se ha marcado como objetivo sentir cada año que es "mejor jugador".

El número dos mundial, que lleva 72 partidos consecutivos sin perder en tierra, ha igualado hoy el récord del mítico Mats Wilander, el único que había sido capaz de ganar tres Godós seguidos (1982, 1983 y 1984). Respecto a su récord de imbatibilidad en arcilla, el español ha vuelto a insistir en que es posible que pierda pronto, "porque llevo mucho tiempo ganando y eso un día se tiene que acabar", y ha recordado que la derrota podría producirse "tranquilamente" en el próximo Master Series de Roma, "otro torneo en el que deberé enfrentarme a los mejores jugadores del mundo sobre tierra".

Nadal también habló de su rival en la final, Guillermo Cañas, del que ha comentado que es "un frontón". "Si no tienes paciencia, es imposible ganarle, porque te hace fallar, y con uno, dos o tres golpes no lo puedes desbordar". Durante el encuentro, el mallorquín ha salvado los apuros que pasó con su servicio en el juego inicial del primer set -Cañas tuvo dos bolas de rotura que desperdició-, mandó como quiso, y marcó el ritmo del partido en todo momento, y su rival, bien atrincherado atrás, jugó el papel de secundario de lujo devolviendo cada bola, peleando cada punto y obligando a Nadal a imprimir mayor intensidad en todos sus golpes.