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Crónica:TENIS | COPA DAVIS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Verdasco no es Roddick

El equipo español cierra la primera jornada de cuartos de final sin victorias

España vive al borde del precipicio en la Copa Davis. Estados Unidos, llamando a la puerta de las semifinales. Con la derrota de Fernando Verdasco ante Andy Roddick -por 7-6 (7-5), 6-1 y 6-4- y la anterior de Robredo ante Blake, el equipo español cierra la primera jornada sin victorias. Quedan tres partidos. Tres puntos. Y los tres los tiene que ganar España. Un reto desmedido para las posibilidades y las circunstancias del equipo. España juega fuera de casa. En contra del público. Y sobre una pista que es una pesadilla para sus tenistas. El equipo está en manos de Verdasco. El madrileño juega hoy el dobles. El domingo, contra Blake. Y esta noche ha perdido contra Roddick en un partido que explica por qué su tenis de altos vuelos no le ha llevado más alto. Entra y sale del partido con una facilidad inquietante. Mezcla momentos geniales con otros menos edificantes. Y, a veces, cuando todo parece en su mano, duda.

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Se ha visto esta madrugada. Verdasco ha hecho de los primeros siete juegos del partido un torbellino. Ha jugado a ser Roddick, a hacer de cada golpe un ganador, a sacar arriesgando, apurando, buscando el punto directo. Para cuando el público se ha querido enterar, mandaba 5-2. El set llevaba su nombre. Y lo ha perdido, pasando de los aces a las dobles faltas, de los golpes imposibles a los fallos incomprensibles, del acierto al fallo. Siendo Verdasco. El español, sin embargo, puede llevarse apuntes positivos de su derrota. En él, España tiene tenista. Juega ancho y largo. Es profundo y preciso en los tiros. Arriesgado y corajudo. Sube a la red con instinto. Y tiene un saque que es un martillo.

Frente al español, Andy Roddick. El estadounidense llegaba al partido titubeando, tocado por una lesión, y lo ha dejado reforzado. Su tenis no ha ofrecido novedades. Roddick juega igual en todos los sitios. A favor de viento es temible. Débil cuando se tuerce el partido. No tiene plan B. Esta madrugada le ha levantado el público, volcado con su número uno. Apoyado en el calor de la grada, Roddick ha aplicado su libro de estilo de juego a tres balas. La primera es el servicio. Con ese tiro de apoyo, segundo disparo para abrir el campo y hacerlo ancho. La tercera, ruleta rusa. Salga buena o salga mala, ahí mueren la mayoría de los puntos que comanda el estadounidense. Más si enfrente, como en esta ocasión, tiene a alguien que juega con las mismas armas.

Verdasco es lo más parecido a un jugador americano que tiene España. Su partido hace bueno a medias el plan de Emilio Sánchez-Vicario, el capitán español. Verdasco, quizás con Feliciano López, es el español que mejor se adapta a la locura de la pista rápida, al juego de ataque y pecho descubierto, al imperio del servicio. Puede, lo ha demostrado en su partido ante Roddick, poner en juego pelotas que a otro tenista le rompen el brazo. Y sólo se pierde cuando se deja en la red bolas intranscendentes. Cuando se enzarza con el árbitro y le reclama, como a mediados del tercer set. O cuando no asegura el segundo servicio y comete dobles faltas que valen un partido. Verdasco tiene mucho que dar, aunque a veces parezca que se lo guarda todo. Esta madrugada ha jugado al límite y con muchos riesgos. No ha sido suficiente.

Roddick celebra la victoria en el primer set frente a Verdasco.
Roddick celebra la victoria en el primer set frente a Verdasco.AP

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