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Un gran Barbosa no evita la derrota

El Zaragoza se acerca a los puestos de Champions mientras que el Villarreal se acerca peligrosamente al descenso

A priori, el encuentro centraba su atención en la vuelta de Cani al campo donde creció como futbolista. Su recibimiento fue en general bueno, salvo algún pito aislado. No era para menos, la salida del canterazo significó una buena suma de euros para las arcas del club zaragocista, dinero con el que se fichó, entre otros, a Aimar, hoy en la grada por lesión. La baja del argentino fue cubierta por Movilla, que formaba pareja con Zapater.

La apuesta ofensiva de Víctor Fernández no le valió en los primeros minutos para tener el dominio del balón, y muy pronto pudo incluso adelantarse el Villarreal en un mano a mano de Tomasson con César que supo atajar el guardameta. A partir de ahí se puso en marcha la máquina ofensiva local, con D'Alessandro en la izquierda (que no es su puesto, pero le viene mejor que la derecha, donde venía actuando), y con un Sergio García que pasa por un momento sensacional. Precisamente suyo fue el primer aviso a Barbosa, aunque el argentino despejó el peligro a córner.

El Zaragoza se había convertido en protagonista, pero el Villarreal en su papel de actor secundario llegaba con peligro. Las mejores acciones llegaban cuando el balón pasaba por Cani, al que se le veía inspirado en la Romareda. Los castellonenses se contagiaron del ritmo que imponían los maños al encuentro, lo que nos permitió ver un muy buen partido de ahí al descanso. Últimamente es el mejor estadio para ver fútbol. Sólo faltaba que entrara en juego Matías Fernández, que si cumple las expectativas será un jugador enorme.

Sergio García de nuevo el que obligaba a Barbosa a una estirada salvadora tras un cabezazo. El gol se le resistía, y en la portería contraria los visitantes amenazaban, siempre con lanzamientos lejanos, la inamovilidad del marcador. No había descanso alguno, la frescura del Zaragoza, vertical siempre que recuperaba el balón, hacía que el balón estuviera más tiempo ahora en los pies de los jugadores amarillos, ya que tan directo era el juego zaragocista que pasaban de golpe de la primera a la quinta marcha. Demasiado rápido, pero agobiante para el rival.

El encuentro no podía llegar al descanso con empate sin goles en el electrónico, y de hecho no lo hizo. Tras un remate de Zapater que da en el pie de Josico, el balón se desvía lo justo como para que no lo atrape Barbosa y acabar estrellándose en el palo. El posterior rechace era rematado por Diego Milito, siempre alerta. La suerte benefició a unos y se cebó con los otros. De ahí al descanso el Zaragoza bajó las revoluciones, aunque seguían lanzando unas contras temibles, llegando con muchos efectivos que parecían salidos de la nada, pero que respondía a una presión muy bien realizada.

Barbosa evita la goleada

El Zaragoza salió del vestuario decidido a cerrar el encuentro, pero la salida en tromba local no obtuvo resultado. El Villarreal no era ya el mismo de la primera mitad. La posesión había pasado por completo al rival, y cuando les tocaba crear no había nadie que pusiera la imaginación, el pase decisivo, en definitiva que pusiera la diferencia. El mejor para esa misión es ahora titular en Boca.

Con estas carencias el Villarreal continuaba intentándolo, casi siempre desde lejos y con lanzamientos a balón parado de 'Matigol', al que por el momento el sobrenombre no le hace justicia.

Diego Milito tiraba del Zaragoza, que físicamente se había venido abajo notablemente. El argentino tuvo la mejor opción para aumentar la ventaja zaragocista. Pero en ese momento comenzó el festival de Barbosa. El argentino realizó una parada antológica ante un tiro de su compatriota desde dentro del área. Momentos después, el cancerbero volvía a ser decisivo atajando un disparo de Sergio García, a quien se le resistía el gol. El Villarreal agonizaba y sólo su portero le daba algo de aire. La entrada de Forlán, que incomprensiblemente no había salido de inicio, no dio más mordiente a su equipo, mientras que el Zaragoza, resignado con la actuación de Barbosa, ya se conformaba descaradamente con el resultado.

El paso de los minutos terminó de fulminar a un Villarreal que cada día se parece menos al de la temporada pasada. Sólo a falta de dos minutos para el final fueron los visitantes capaces de acercarse claramente al gol. Un pase de Forlán fue rematado por Guille Franco dentro del área, pero el balón, con el portero batido, se marchó fuera. El pitido final acerca peligrosamente al Villarreal a los puestos de descenso, mientras que el Zaragoza se posiciona en la lucha por los puesto de Liga de Campeones.

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